Caja Granada se ha descolgado de las negociaciones para forjar una gran alianza nacional de cajas de ahorros a través de la fórmula de un Sistema de Protección Institucional (SIP), y ello pese a que su presidente, Antonio Jara, había recibido el respaldo de la Junta de Andalucía, de los partidos políticos e incluso de los sindicatos para que afrontara esta operación financiera.
Caja Cantabria sigue negociando su integración con Cajastur y Caja Extremadura, tras abandonar la mesa de trabajo inicial Caja Murcia, Caja Granada, Caixa Penedés y Sa Nostra, según informaron ayer a la agencia Europa Press fuentes de la entidad cántabra.
No obstante, las fuentes rehusaron precisar más datos sobre la posibilidad de que el acuerdo entre las entidades cántabra, asturiana y extremeña esté casi cerrado, como publicó ayer un periódico regional.
Cuatro de las siete entidades que se sentaron inicialmente a hablar de su integración ya no siguen en la mesa de trabajo, pero las otras tres continúan trabajando "de manera fluida", indicaron desde Caja Cantabria, que fue la que reveló públicamente la operación.
Recordaron, en este sentido, que cuando se anunció la existencia de una mesa de trabajo con siete cajas ya se matizó que no era "definitivo" y que el "perímetro" no estaba "cerrado".
Por tanto, Caja Cantabria sigue trabajando "de igual manera que hasta ahora", con la idea de conformar un SIP, fórmula que permite mantener la marca, los órganos de gobierno y la obra social. Su apuesta es crear un SIP "fuerte y potente".
Según explicó el presidente de la entidad, Enrique Ambrosio Orizaola, en su última comparecencia pública, el proceso se cerrará este año.
