Sin perder tiempo, el recién estrenado presidente de Caja Granada, Antonio Jara, mantuvo ayer -un día después de su nombramiento como sustituto de Antonio María Claret García al frente de la entidad granadina- su primer encuentro con el presidente andaluz, José Antonio Griñán.
Una reunión que se prolongó por espacio de más de una hora en la Casa Rosa y en la que Jara le trasladó cómo ha transcurrido el proceso de renovación parcial de los órganos de gobierno, así como la situación financiera de la caja.
Inevitable fue también abordar el nuevo escenario que se abre con la reordenación de las cajas de ahorros, en el que Caja Granada "no renuncia a nada, a ninguna opción", pues como valoró su nuevo presidente "el objetivo de crecer no es cuestionable".
Ahora bien, las fusiones no están, al menos de momento, en su agenda, más bien alianzas estratégicas, que serán "ineludibles".
Jara puntualizó que serán dos las "limitaciones" que la entidad de ahorros se impone ante este proceso de reestructuración del sector. De un lado, manifestó su "lealtad" hacia el sistema financiero andaluz -Caja Granada no estará en ninguna operación que lo debilite, aseveró-, así como al territorio en el que está implantada, con las provincias de Granada, Jaén y Almería, en las que "somos líderes", como referentes, señaló.
Y en este último capítulo enfatizó que esa presencia irrenunciable le supone a la caja un coste "en números de eficiencia" que seguirá asumiendo, fruto de ese compromiso territorial. Así, citó el caso de las Alpujarras, donde "ninguna entidad nacional quiere estar".
Por lo tanto, señaló que esos malos datos "los damos por buenos en términos de servicios financieros al territorio".
SIN PRISAS. Abundó pues en que "todo está abierto", al referirse a las opciones con entidades tanto de la comunidad como de fuera de ella, si bien destacó que no hay prisa alguna por emprender este tipo de proyectos y que mantendrán todos los contactos necesarios para ello.
"No estamos urgidos por nada ni por nadie y tampoco queremos correr ni delante ni detrás de nadie". Por tanto, indicó que la intención de la entidad es "hablar y oír a todo el mundo y en su momento tomaremos las decisiones".
Y es que el tablero de juego es cambiante. No en vano, ejemplificó la docena de mapas de cajas de ahorros españolas que se han barajado en los últimos cinco meses. Pero se mostró abierto a las "grandes oportunidades" que, a su juicio, brindará la crisis.
Lo que sí dejó claro el nuevo presidente de la caja granadina es la vocación andaluza de la misma y su "voluntad de cooperar y contribuir al fortalecimiento del sistema financiero andaluz" cuando llegue el momento.
Aun así, insistió en despejar cualquier tipo de duda porque Caja Granada "quiere estar en la estructura financiera andaluza".Al margen de ese caminar conjunto, Caja Granada "necesita crecer pues le va en ello su futuro", y hacerlo en términos de mejorar su solvencia, el coeficiente de eficiencia y los niveles de liquidez.
Por otra parte, Antonio Jara mostró su compromiso de presentar al consejo de administración de la caja un acuerdo estratégico de estabilidad institucional, que materializará "inmediatamente", y que permitirá aunar "una gran concordia social y política" en torno a la entidad.
La ronda de contactos emprendida tras su designación por unanimidad como relevo de Antonio María Claret García le llevará el próximo 5 de marzo a su primera reunión con el Banco de España, máximo órgano regulador del sector.