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Cajas. Fusiones: ¿solución o problema?

Ha surgido, de nuevo, la discusión pública sobre la conveniencia de incentivar las fusiones de las cajas para crear así una gran entidad en Andalucía. Se trata de un viejo proyecto pero la propuesta cobra más vigencia ahora que estamos metidos de lleno, no ya en una crisis cualquiera, sino en todo un cambio de era como señalan ya abiertamente algunos expertos.

el 15 sep 2009 / 17:21 h.

Ha surgido, de nuevo, la discusión pública sobre la conveniencia de incentivar las fusiones de las cajas para crear así una gran entidad en Andalucía. Se trata de un viejo proyecto pero la propuesta cobra más vigencia ahora que estamos metidos de lleno, no ya en una crisis cualquiera, sino en todo un cambio de era como señalan ya abiertamente algunos expertos.

La coyuntura es tal que se ha puesto en evidencia que las habituales recetas para estos casos ya no sirven. En ese contexto, el recurso de cierre de filas, a ser más grande y fuerte para afrontar las dificultades, se ha convertido en uno de los caminos a seguir, tal y como quedó asentado en el encuentro que mantuvo semanas atrás en la Moncloa Zapatero con los representantes de los principales bancos y cajas.

Hay cierta unanimidad, por tanto, en considerar que dichas fusiones pueden ser la solución más a mano. Pero ya se está comprobando, de nuevo, que este asunto despierta pocas unanimidades y, desde luego, escaso entusiasmo a tenor de cómo reaccionan unos y otros, sobre todo, entre aquellos que ven peligrar su bien remunerado puesto por una hipotética integración de la caja en la que se encuentran acomodados con otra entidad.

Más que excepticismo . Uno de los primeros en alertar sobre los riesgos de las fusiones ha sido el mismo presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), Juan Ramón Quintás, quien alerta de que estas operaciones no son gratuitas. Advierte de que un proceso de este tipo tiene costos muy significativos y, a veces, un desgarramiento social por las desvinculaciones que se producen en ciertos territorios. Total, que a su juicio, las fusiones no son el bálsamo que todo lo remedia. Sus manifestaciones, en realidad, no son nuevas. Siempre ha venido a decir algo similar.

Lo que ocurre es que lo que antes podía ser válido; ahora, tal vez, no tanto, sobre todo si se tiene en cuenta la dimensión del desafío económico ante el que nos encontramos. Aunque, quién sabe si todo responde a razones más sencillas. Por ejemplo, al hecho de que no fuera él, personalmente, invitado a la cita presidencial y sí, en cambio, destacados cajeros. Incluso, en su afán de desmarcarse, apunta hacia otras alternativas a las apuntadas en la sede Presidencial como pueden ser los acuerdos corporativos, como los adoptados por las cajas de Castilla y León. Una medida que, en todo caso, se considera un paso previo a la fusión de las entidades.

Debate sereno y riguroso, pero rápido y eficaz. La situación es tan grave que se requieren actuaciones profundas, no valen los parches. Si bien el propio Quintás señala que no se deben acometer decisiones forzadas por la crisis, lo cierto es que el sistema financiero actual, del que forman parte esencial las cajas, requiere una transformación certera para superar este incierto período.

En este sentido, llama la atención el rotundo pronunciamiento en favor de dichas fusiones realizado por el Consejo Andaluz de Cámaras de Comercio. Anuncia que apoyará aquellas fusiones entre cajas de nuestra comunidad y rechazará las que se pretendan acometer con otras foráneas. Y lo que Quintás contempla como un obstáculo, este colectivo lo considera toda una oportunidad. Dicen que ahora se dan las circunstancias idóneas para impulsar este proceso. El debate está más abierto que nunca.

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