Los gestores de Isla Mágica, con Cajasol al frente, aprobaron presentarse al concurso para seguir dirigiendo el parque y anunciaron que invertirán (directamente o a través de otra empresa) 100 millones de euros para la construcción de restaurantes, oficinas y hoteles. Eso sí, tras la crisis para que la operación les reporte a ellos beneficios.
La sociedad Parque Isla Mágica S.A. (Pimsa), de la que Cajasol posee un 70% de las acciones, aprobó ayer en su junta de accionistas optar al concurso de la Junta para gestionar el recinto de ocio y anunció que para desarrollar los 57.000 metros cuadrados que ganará el parque (gracias al nuevo Plan General de Ordenación Urbanística) invertirá 100 millones de euros.
Con ellos se construirán restaurantes, oficinas, un hotel y comercios. Eso sí, Cajasol matiza dos puntos: el primero, que la futura inversión la realizará ella directamente "o bien cualquier otra compañía interesada" en el desarrollo de la nueva zona de uso terciario de Isla Mágica, que tiene actualmente 64.000 metros cuadrados.
En segundo lugar, Cajasol apunta que esa inversión y el desarrollo de los proyectos "no serán inminentes", de modo que "se acomodarán a la coyuntura económica, siempre y cuando las condiciones de mercado lo permitan". Esto es, que en plena crisis económica mundial no van a comenzar un proyecto urbanístico e inmobiliario de estas dimensiones. El futuro del parque y sus nuevas fuentes de ingresos, por tanto, quedarán en impasse.
La otra sociedad interesada en el parque, Martín Casillas e Inverco, sigue negociando con administraciones y bancos para poder presentar su oferta, aunque se antoja complicado porque las condiciones del concurso apenas han cambiado en esta segunda convocatoria (la primera quedó desierta). No obstante, si Pimsa se mantiene con la gestión del parque cabe la posibilidad de que negocie con Martín Casillas la puesta en marcha de su proyecto.
Éste prevé la creación de 1.000 nuevos puestos de trabajo y una inversión de unos 250 millones de euros. No obstante, por ahora, Martín Casillas no descarta presentarse al concurso para poder desarrollar su proyecto. Eso sí, antes quiere asegurarse de que la Gerencia de Urbanismo no le pondrá pegas, por ejemplo, a su centro comercial. Cajasol, por su parte, anunció ayer que ya está trabajando para poder presentar antes del día 14 (cuando acaba el plazo del concurso) toda la documentación necesaria. Una vez adjudicado el concurso, presentará el proyecto urbanístico al Ayuntamiento para su aprobación.
Además, para presentarse al concurso y seguir gestionando Isla Mágica durante otros 50 años, Pimsa debe hacer frente a las deudas de los cánones y el IBI atrasados, que ascienden a seis millones de euros. Una deuda contraída principalmente con Agesa, Cartuja 93 y el Ayuntamiento de Sevilla. Dado que Pimsa no puede pagarla, Cajasol se convertirá en prestamista: pagará entregando un activo que no ha precisado.
Pero no es ésta la única deuda de Isla Mágica. El parque temático debe también 4,5 millones de euros a la Agencia Tributaria por los incentivos regionales que recibió entre 1997 y 1998 (los plazos están ya pactados y el dinero garantizado), así como tres millones a la propia Cajasol por un crédito puente. En total, tiene pendiente de pago 13 millones de euros.
Los trabajadores del parque (que genera cerca de 400 puestos directos y casi 1.000 indirectos) mostraron ayer su satisfacción por la decisión de Pimsa y, por ende, de Cajasol, puesto que de esta forma se garantiza la continuidad de la actividad del parque, que ya atravesó una grave crisis económica en 2005, cuando presentó suspensión de pagos.
De esta forma, Cajasol vuelve a mostrar su apoyo a "un proyecto que ha contribuido al impulso de la economía sevillana", según Pimsa, el segundo complejo de ocio temático de España con 11 años ya de vida.