Cajasol aseguró ayer, en un comunicado institucional, que con sus últimas acciones legales pretende resarcirse de los "daños patrimoniales sufridos" y reforzar su imagen y reputación en el sector financiero, aportando seguridad y transparencia en el proceso de la depuración de responsabilidades.
La caja de ahorros, fruto de la fusión de El Monte y San Fernando, mantiene que "ha actuado, sigue actuando y actuará con firmeza en la defensa de sus intereses y los de sus clientes" y también que este aspecto es "prioritario" para la dirección, que actuará "hasta donde haga falta", como ha comunicado al Banco de España y a la Consejería de Economía y Hacienda en reiteradas ocasiones durante todo el proceso.
Los hechos referidos se remontan a un informe del Banco de España, que detectó anomalías en ocho operaciones realizadas por la caja El Monte (hoy integrada en Cajasol) entre 2004 y 2005, y que exigió a la entidad que depurara responsabilidades. Según este informe, El Monte, que entonces presidía José María Bueno Lidón, vendió sus participaciones en tres empresas a precio inferior al real, después de que los responsables del grupo empresarial dieran información engañosa a los órganos decisorios de la entidad.
Por este motivo Cajasol, presidida hoy por Antonio Pulido, recalcó que "todas las transacciones analizadas por el Banco de España son hechos acontecidos en los ejercicios 2004 y 2005 en el grupo empresarial", sociedad instrumental de la caja".
La entidad destacó que el estudio y análisis pormenorizado de los hechos, la depuración de responsabilidades a través de acciones legales, así como las acciones emprendidas, tuvieron lugar a partir de septiembre de 2006, fecha en la que Pulido asumió la presidencia, y se han extendido hasta el pasado enero.
