Lo de ayer no fue más que un simple trámite que permite iniciar las actuaciones para hacer rodar la primera unión entre cajas de ahorros de distintas comunidades en España. Los consejos de administración de Cajasol y de Caja de Guadalajara, reunidos en Sevilla y la ciudad castellanomanchega respectivamente, aprobaron el protocolo de fusión, que se completará en mayo, aunque la entidad sevillana aseguró que con esto no da por finiquitado el capítulo de posibles integraciones. De hecho, en una nota, señaló que se mantendrá "abierta y flexible a nuevos procesos en el mapa financiero español".
Tras el consejo de administración de la sevillana, su presidente, Antonio Pulido, indicó que esta integración "no es el final del camino", sino que "se deja abierto" a buscar la posibilidad de una mayor integración a través de "las fórmulas jurídicas que sean necesarias". "Estamos abiertos, en el sentido de que puedan integrarse más entidades financieras, y somos flexibles en la forma jurídica en que se pueda llevar a cabo", recalcó.
Asimismo, aseguró que el impacto laboral tras la fusión por absorción con Caja de Guadalajara será "mínimo" y se materializará a través de prejubilaciones. Por ello, explicó Pulido, "los sindicatos han entendido esta situación y han votado favorablemente a la operación tanto aquí, en Sevilla, como en Guadalajara". Además, apuntó que una de las tareas de la comisión de integración es determinar esta variable, de ahí que no pudiera facilitar cifras del impacto laboral que supondrá la operación.
Dicha comisión estará liderada por el actual secretario general y director adjunto de Cajasol, Lázaro Cepas. Así, está previsto que durante durante el mes de marzo se elabore el proyecto de fusión que será aprobado por las respectivas asambleas de las entidades a finales de abril, de manera que la fusión se completará totalmente a primeros de mayo.
No obstante, Pulido reconoció que "no se ha hablado con ninguna" entidad hasta que cualquier operación "esté más madura y avanzada" y recordó que el sector "mantiene conversaciones".
Pulido resaltó como algo "significativo" que no vayan a recurrir a "ningún tipo de ayuda, ni al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ni al Fondo de Garantía de Depósitos", lo que refleja que es "una operación de recorrido y solvente, con un objetivo claro de fortalecimiento de la entidad resultante".
Además, indicó que esta operación "no tiene ningún tipo de solapamiento en la red de oficinas" aunque sí, "como es lógico, conllevará unos ajustes en los servicios centrales".
Por su lado, el presidente de Caja de Guadalajara, José Luis Ros, consideró que la fusión es un paso "pionero y modélico" del que resultará una entidad que "permitirá afrontar y respaldar con mayor solvencia y recursos los proyectos".
