1 de mayo. A partir de esta fecha, Cajasol y Caja Guadalajara serán, a efectos contables, una única entidad financiera. El balance de la segunda quedará integrado en el de la primera y, así, arrancará la primera fusión entre cajas de distintas regiones, operación que Antonio Pulido, presidente de la sevillana, no dudó ayer en calificar de histórica dentro del sistema financiero español.
En el día en que esta unión recibió felicitaciones por doquier y justo en la víspera de que los consejos de administración de ambas entidades la aprueben hoy por separado, el directivo confirmó que no necesitará ayudas, ni por cargo al Fondo de Garantía de las cajas ni al fondo de rescate FROB -"lo haremos a pleno pulmón, con los recursos que tenemos, lo que da idea de nuestra fortaleza"-, y que, al no haber solapamiento de oficinas, no requerirá de recortes laborales, aunque sí ajustes en los servicios centrales.
Pulido quiso resaltar que este matrimonio no resta, sino que refuerza, el compromiso de la caja fusionada con sus respectivos territorios -Andalucía y Castilla-La Mancha- y, en este contexto, agradeció la "generosidad" mostrada por la guadaljareña y la, dijo, "exquisita colaboración" prestada al proceso por los ejecutivos andaluz y castellano-manchego y el supervisor central, el Banco de España.
Fruto de ese compromiso, explicó Pulido, está el hecho de que, además de quedar fortalecida por el "paraguas" de Cajasol, la marca Caja de Guadalajara se preservará -"al menos de momento", aclaran fuentes internas- y su actual Obra Social quedará bajo cobertura de una fundación cuyos recursos se incrementarán en un 30% y presidirá su máximo ejecutivo, José Luis Ros.
En cuanto a los órganos de dirección, al margen del consabido incremento del número de miembros del consejo de Cajasol, de 20 a 22 para dar entrada a dos procedentes de la entidad absorbida, fuentes financieras detallaron la adjudicación a esta última de una vicepresidencia no ejecutiva y que uno de esos consejeros que le corresponden -el otro es el propio Ros- será a propuesta del Partido Popular.
Con ello, se busca el mayor respaldo posible a la operación -de hecho, en la comunidad vecina y a pesar de quedarse sin cajas autóctonas, pues CCM, intervenida por el Banco de España, será adjudicada a Cajastur, no ha surgido movimiento opositor-. No en vano, ya el consejo de Cajasol dispone de un vicepresidente por el PP, Marcos Contreras.
"Será una integración acometida con mucha facilidad, rapidez y eficacia". Una vez que el protocolo sea aprobado hoy por el consejo de la caja sevillana -se espera unanimidad en el sí, pero el voto de UGT no está aún claro- y el de la castellano-manchega, en el mes de marzo se someterá a su juicio el proyecto de fusión, que a su vez recibirá a finales de abril la bendición definitiva de las asambleas generales. El 1 de mayo, confió Pulido, esa unión será una realidad a efectos contables. Y previo visto bueno del Gobierno andaluz y del Banco de España, la operación se llevará al registro.
Por lo demás, el presidente de Cajasol insistió en que la caja resultante estará abierta a otras que se quieran sumar, bien a través de una integración o de fusiones frías (alianzas reforzadas, con un grupo financiero aunque preservando la identidad de sus participantes), y tanto "con entidades andaluzas como de otras comunidades".
¿Y cómo quedará esa unión en el ranking de las cajas de ahorros del país? Con los datos de la patronal CECA a 30 de septiembre pasado, ocuparía la posición número 11 en cuanto a volumen de beneficio neto consolidado, 101,3 millones de euros. Idéntico eslabón asumiría al medir los activos totales (29.708,5 millones). Nueve sería el escalón en cuanto a la cartera crediticia (23.306,8 millones de euros) y también en depósitos de la clientela (con 21.478,42 millones).
De la suma de los créditos y los depósitos surge el volumen de negocio y la nueva Cajasol alcanzará los 44.785,3 millones, también en el puesto nueve.
