El accionista mayoritario de Isla Mágica, Cajasol, y la Junta (dueña del terreno) tienen prácticamente cerrada la disolución del contrato de explotación del parque, si bien la junta de accionistas de la sociedad tiene que dar el sí final. La resolución prevé que si el nuevo concurso lo gana un tercero, éste pagará a la actual sociedad la inversión realizada.
"Se valorará la inversión realizada en los últimos años por si el adjudicatario del nuevo contrato finalmente es un tercero. La sociedad actual se verá compensada por la inversión no amortizada". Ésta es la idea que recoge el documento pactado, según fuentes consultadas que indicaron que la caja de ahorros sevillana sólo estaba en la tarde del lunes a la espera de recibir el texto para luego convocar, en las próximas semanas, la junta de accionistas de la sociedad Isla Mágica.
De hecho, el próximo jueves la empresa informará a los trabajadores del acuerdo. El presidente del comité de empresa de Isla Mágica, Joaquín Jiménez (CCOO.), informó a Europa Press de que espera que en dicha cita se dé a conocer la "resolución total".
José Luis Galán, presidente de Isla Mágica, apuntó que una vez que la junta de accionistas del parque apruebe la rescisión del contrato de explotación, la Junta tendrá dos meses para convocar un nuevo concurso.
Lo que sigue sin estar claro es cuánto tendrá que pagar al año la empresa que se haga con el parque temático a la Junta y a Agesa (la sociedad estatal heredera de los activos de la Expo 92). Por ahora ese canon o alquiler es más de 800.000 euros, si bien se prevé una rebaja. No obstante, ésta no se cifrará -según Galán- hasta que el Gobierno andaluz no publique el pliego de condiciones del nuevo concurso.
Otro aspecto que también está cerrado es el tiempo de la concesión, que se ha ampliado de 35 a 50 años, como quería el parque. La condición impuesta por la Junta es que se mantengan los empleos.
Además, como marca el PGOU, el recinto de ocio podrá tener hoteles, oficinas o restaurantes en el lago (una nueva fuente de ingresos) y perderá zonas en desuso, como el Jardín del Guadalquivir, el pabellón del Futuro, en canal y pabellones cercanos al hotel Renacimiento, que volverán a Agesa. En total, la Junta ha accedido a que Isla Mágica tenga alrededor de 58.000 metros cuadrados, así como los nuevos usos urbanísticos. Así se quiere dotar al parque de "viabilidad económica y dinamizar esa zona con una oferta complementaria", según la Administración autonómica.
Dados los cambios acordados, las condiciones del contrato de explotación del parque se modificarán, de ahí la necesidad de celebrar un nuevo concurso para garantizar que el proceso de renovación no acaba en los tribunales.
Hace varios meses, las constructoras sevillanas Martín Casillas e Inverco pactaron con Parques Reunidos optar conjuntamente a la explotación del parque temático, si bien están a la espera de las nuevas condiciones.
La resolución de la negociación cobra especial importancia tras la sentencia del Tribunal Supremo que condenó al parque a pagar 4,2 millones de euros al Ministerio de Economía por el incumplimiento de las condiciones con las que en 1996 percibió subvenciones públicas para abrir, caso que había hecho que el comité de empresa temiera una "quiebra técnica".
