La Junta de Andalucía le dijo ayer meridianamente claro a Cajasur que no dará su -necesaria- bendición al casamiento de esta entidad andaluza con otra cuya sede social se ubique fuera de la comunidad. Eso sí, dentro de ésta, que busque la fórmula que quiera (alianzas, fusiones) con las otras cuatro cajas de ahorros que configuran el mapa financiero regional.
El rotundo no se produce después de que el diario económico Cinco Días revelara ayer que seguían los contactos al más alto nivel (presidentes, directores generales) entre la cordobesa y Cajamurcia de cara a una eventual fusión, negociaciones que se iniciaron y se difundieron hace dos semanas y que aún están verdes. Pero por si acaso, advertencia.
Llegó por boca del consejero andaluz de Gobernación, Luis Pizarro. Tal operación, aseveró, no contaría con el apoyo del Gobierno autonómico -que tiene bajo su tutela a las cinco cajas andaluzas- porque "no es lo que le conviene a nuestro sistema financiero".
En su opinión, "las cajas de ahorros andaluzas tienen que encaminarse a fortalecer y redimensionar nuestro sistema financiero" y hacer, frente, así, a la competencia de las foráneas, al tiempo que dijo desconocer si en verdad ha habido conversaciones entre Cajasur y Cajamurcia, reconocidas por ambas tanto hace dos semanas como ayer.
En cuanto a las posibles fusiones entre las entidades andaluzas, Luis Pizarro indicó que el Ejecutivo regional respeta la autonomía de los consejos de gobierno de las mismas, pero destacó la importancia de que el mapa financiero de Andalucía se se fortalezca con alianzas.
Ayer, la caja murciana insistió en que las conversaciones son aún exploratorias e informales, y está todavía muy lejos un acuerdo para la integración con Cajasur. Después del fracaso de las negociaciones entre Unicaja y Caja Castilla-La Mancha -intervenida por el Banco de España-, la Junta sólo contempla una solución a la andaluza. Corta las alas a Cajasur en Murcia, como hizo con Cajasol en Extremadura.
