Crecer mucho también puede tener su lectura negativa, sobre todo, cuando se trata de comparar la evolución de los resultados. Es lo que le ha ocurrido a la cordobesa Cajasur, que ha visto descender su beneficio neto consolidado un 63% en el primer trimestre del año frente al mismo periodo de 2007.
Y es que en febrero del año pasado se dio una circunstancia que "distorsionó" -en sentido positivo- la cuenta de resultados de la caja de ahorros. Cajasur vendió entonces una participación en la inmobiliaria Metrovacesa, lo que disparó su beneficio un 103% en los tres primeros meses de 2007, gracias a las plusvalías (ingresos extraordinarios por esa desinversión). A fecha de ayer viernes, la entidad dio a conocer su beneficio neto consolidado (que incluye el grupo de empresas participadas), que se desplomó un 63%, hasta los 17,7 millones de euros.
Aunque supuso el principal motivo de este marcado descenso, no se trató del único. Fuentes de la entidad señalaron que el fuerte incremento de las provisiones y dotaciones contra insolvencias -cuyo importe no fue facilitado- también mermó el balance, a lo que se sumó, igualmente, la "merma" de los dividendos que "tradicionalmente venían aportando durante los últimos ejercicios las sociedades inmobiliarias del grupo".
Aunque las fuentes precisaron que el grueso de las desinversiones en el negocio del ladrillo ya se han acometido, lo cierto es que aún quedan pendientes varias operaciones que podrían culminarse en las próximas semanas.
Además, consideró que las repercusiones sobre los resultados de la entidad podrían no ceñirse al primer trimestre del año, sino extenderse a los dos siguientes, ya que la caja se deshizo de sus títulos de Metrovacesa en varias operaciones a lo largo del año.
La caja de ahorros precisó que, pese al actual entorno económico, "cabe destacar la fortaleza del balance", que creció un 10%, hasta los 17.741 millones de euros. El crédito a la clientes se incrementó un 7,28%, de manera que ascendió a 14.146 millones, capítulo en el que la entidad -como el resto de sus homólogas- han sentido el descenso en la actividad hipotecaria. Además, los depósitos a la clientela aumentaron un 19,8%, hasta situarse en 13.448 millones, mientras que la tasa de morosidad subió al 2,1% al cierre del primer trimestre.
