Economía

Cajasur revela 852 millones de pérdidas por la mora y el ladrillo

Se trata de los números rojos más abultados en la historia de las cajas

el 23 nov 2010 / 14:56 h.

José Carlos Pla Royo, el nuevo director general de Cajasur, ayer, a su llegada a la asamblea general.

Llegó la empresa auditora de las cuentas, actualizó la valoración de los activos, obligó a realizar más reservas y, como resultado, los números rojos se dispararon en Cajasur. Esta secuencia justifica que la caja cordobesa registrara entre enero y agosto de este año una gigantesca pérdida de 852,2 millones de euros, un volumen jamás conocido entre las cajas de ahorros españolas.

La entidad, que ayer aprobó en asamblea general -la última de su historia- el traspaso de sus activos y pasivos a BBK Bank, una filial bancaria de la caja vasca del mismo nombre, declaró en el primer semestre de este año una pérdida estimada en 196,11 millones, tal y como consta en los registros de la patronal CECA. Sin embargo, y según explicaron fuentes de Cajasur, estas cuentas no estaban auditadas y sí, en cambio, las realizadas hasta agosto. Y aquí está la clave de que, en esos dos meses transcurridos, los números rojos se cuadruplicaran.

¿Por qué tamaña diferencia? El deterioro de los activos llegó por dos sendas. La primera, el alza de la morosidad crediticia, que se coloca a apenas dos centésimas para alcanzar el 10% -es decir, diez de cada cien euros en préstamos se consideran incobrables, si bien la mora global se acercaría al 12,3% al añadir los de difícil recuperación-. Y la segunda, que sigue el rosario de suspensiones de pagos (o concursos de acreedores) que salpican de lleno a la entidad cordobesa, el último de ellos el de la inmobiliaria Noriega, adscrita al grupo Sánchez-Ramade, explicaron fuentes del mercado.

Y es que la fuerte presencia de la caja de ahorros en el sector del ladrillo sigue comiéndose sus resultados, debido tanto a los préstamos fallidos a las empresas promotoras como a las inmobiliarias que, debido a los impagos, pasaron a formar parte del grupo empresarial Cajasur como compensación por créditos no satisfechos y para evitar, así, males mayores (que quebraran aquéllas y, por lógica, que el impacto en las cuentas de la entidad fuera aún de mayor envergadura).

Fuentes de Cajasur explicaron que las pérdidas afloradas ahora entran dentro de las previsiones, y no tienen en cuenta los apoyos financieros que aportará el fondo de rescate bancario, el FROB, mediante un esquema de protección de activos (dinero público que inyecta el Estado, es decir, el coste de su intervención por parte del Banco de España y la posterior adjudicación a la BBK) por un valor de 392 millones. Una vez que culmine la cesión, el resultado final acompañará al negocio, precisaron en la caja.

No obstante, fuentes del mercado comentan que, por vez primera, la caja vasca sabe con exactitud cuál es el agujero real de Cajasur antes de quedársela. En un mes se rubricarán las escrituras de cesión de la entidad, tras el último trámite de la asamblea general de ayer y, a partir de enero próximo, la caja de ahorros será realmente un banco, no andaluz, sino vasco.

Tras casi tres horas de reunión a la que asistieron alrededor de 130 de los 160 componentes de la asamblea -estaban la mayoría de los canónigos, pero se ausentó el ex presidente de la caja, Santiago Gómez Sierra-, los tres administradores del FROB aprobaron ante notario el traspaso. Y nadie más tuvo derecho a voto.

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