En el trimestre más aciago de la historia de Cajasur, el segundo de 2010 cuando fue intervenida por el Banco de España tras negarse a la fusión con Unicaja, en la entidad cordobesa hubo una fuga de depósitos por valor de 382,52 millones de euros. Siguió la sangría, que se llevó por delante 1.265 millones entre junio pasado e idéntico mes de 2009.
Son datos de la patronal de las cajas de ahorros, la CECA, que se difundieron ayer y que apuntan a que la caja de la Iglesia perdió 196,11 millones en el conjunto del primer semestre de este año, frente al beneficio neto -ya muy mermado- de 6,83 millones labrados en el mismo periodo del ejercicio anterior.
Queda aún por saber qué efecto tuvo la adjudicación de la caja andaluza a la vasca BBK, que fue anunciada a mediados de julio. La CECA todavía no ofrece cifras al respecto.
Dejando al margen los números rojos de Cajasur, que marcarán lo que resta de este ejercicio, la pérdida por el deterioro de activos -por ejemplo, créditos que no se recuperarán debido a la morosidad- lastraron con fuerza los resultados de las restantes cajas andaluzas, a saber Unicaja, cuyas cuentas ya incorporan las de Caja de Jaén al culminar el proceso de fusión, Cajasol y, por último, Caja Granada.
En el caso de la malagueña, la comparación es aproximada pues en junio de 2009 no se había materializado esa unión con la jiennense. Ganó entre enero y junio de este año 134,32 millones, con descenso del 29,2%. La sevillana se apuntó 40,71 millones, tras registrar un recorte del 39,96% interanual. Y la granadina cosechó el menor descenso, del 9,1%, hasta los 27,91 millones.
203,54 millones es el beneficio conjunto de las tres entidades con sede social en la comunidad. Para hacerse una idea de cómo afecta la crisis económica a los balances -reflejada sobre todo en la mora de los créditos y en los irrecuperables-, ahí queda esta cifra: 355 millones de euros fueron las pérdidas por el deterioro de activos. De ellos 134,65 millones fueron de Cajasur, 113,98 millones de Unicaja, 105,05 millones de Cajasol, y 1,25 millones arrojó Caja Granada.
Eso sí, estas pérdidas tuvieron sus correspondientes provisiones (reservas), con 453,5 millones sólo como colchón anticrisis y sin contar con las destinadas a otros fines -compromisos por pensiones, impuestos, etcétera-.
No obstante, el mercado mira cada vez más con lupa los fondos propios de las entidades para determinar su fortaleza, tal y como se constató en la publicación de las pruebas de estrés (de solvencia) a la banca española.
Así, los fondos propios de Unicaja se colocaron en 2.792,89 millones, un 4,57% interanual más, los de Cajasol, en 1.722,99 millones, tras aumentar un 2,88% y los de Caja Granada se incrementaron el 1,38%, hasta 779,43 millones, mientras que descendieron un 7,54% los de Cajasur, con 781,14 millones, y ello después de haber recibido una inyección de 800 millones por parte del Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB).
En cuanto a la evolución de los depósitos (dinero de los clientes), del conjunto de las cajas de ahorros andaluzas salieron en los últimos doce meses 1.963,21 millones de euros, de forma que menguó el saldo un 2,82%, hasta los 67.481,82 millones. Se nota, pues, la menor capacidad de ahorro de los hogares y empresas, y también afloró un recorte de préstamos a unos y otras. Así, el volumen total de créditos se situó en 67.903,59 millones, el 6,25% menos respecto al mismo periodo del ejercicio pasado.
Mientras, 11.637,26 millones alcanzó a 30 de junio el valor de la cartera empresarial -sobre todo participaciones en bolsa y en las empresas propias-, que se vio disminuido un 5,68%, y entre las razones está la peor evolución que ha habido este año en el mercado bursátil respecto al pasado. La principal partida corresponde a Unicaja con 5.647,04 millones (su joya de la corona es la presencia en Iberdrola), seguida de la de Cajasol (3.020,71 millones).