Economía

Cajasur, una socia incómoda

La presencia de la cordobesa está cuestionada en la FACA y el BEF

el 11 ago 2010 / 19:27 h.

Braulio Medel preside la FACA y Antonio Pulido es actualmente presidente del BEF.

Al igual que Cajasur tiene un pie fuera de la FACA (Federación Andaluza de Cajas de Ahorros) tras ser adjudicada a la BBK, que convertirá a la entidad cordobesa en un banco bilbaíno, está también cuestionada su presencia en el BEF (Banco Europeo de Finanzas), pues éste se concibió para emprender proyectos empresariales conjuntos de las cajas con sede social en Andalucía, que son precisamente sus accionistas: Cajasol, Unicaja (integrada Caja de Jaén), Caja de Granada y, hasta ahora, Cajasur.

Cuando la vasca tome el control de Cajasur, ésta ni será caja de ahorros, al ser transformada en un banco, ni tampoco será andaluza, puesto que la sede social -y fiscal- quedará ubicada en Bilbao. Por tanto, en ese momento no cumplirá las exigencias para ser socia de la FACA, institución que, por lo demás, poco trabajo tiene y es más representativa que otra cosa -el presidente de Unicaja, Braulio Medel, ejerce también este cargo en ella-.

No en vano, un simple vistazo a su web revela apartados económicos y financieros que no se actualizan desde 2007, si bien la FACA elabora un informe anual en papel en el que detalla su actividad, con especial hincapié en las cuentas de cada entidad y en los recursos que se destinan para la Obra Social.

Los estatutos de la Federación lo dicen muy claro en el artículo 1.2. Forman parte de ella las cajas de ahorros con domicilio social en Andalucía. Sus fines, "asociativos, de representación, de colaboración con los poderes públicos, de prestación de servicios y relacionados con la Obra Social".

Que Cajasur tendrá que salir de la FACA es muy probable, incluso lo sugirió Medel cuando señaló que no se puede confundir a los andaluces diciendo que Cajasur seguirá siendo una caja, en respuesta al presidente de BBK, Mario Fernández, quien dijo que la entidad vasca venía a Andalucía a convertir a la aún intervenida en una de las cajas más importantes de la comunidad autónoma.

Sin embargo, fuentes de la Federación comentaron que no hay que adelantar acontecimientos, dado que la adjudicación de Cajasur aún no está materializada, pero consideraron que ese abandono sería el escenario más probable.

En el caso del BEF, en su concepción primaron dos objetivos: ser un proyecto financiero de cooperación "entre las cajas de ahorros andaluzas", a la vez que una alianza estratégica entre éstas. Y ser andaluza implica tener en la comunidad autónoma la sede social y, asimismo, estar bajo la tutela de la Junta de Andalucía. Cajasur no cumple ni un requisito ni otro.

Sin embargo, reconsiderar su presencia en el BEF plantea más problemas que en la FACA. Al fin y al cabo, ésta es una institución representativa, no una empresa como sí lo es ese banco, en el que las cajas son accionistas, esto es, propietarias -Unicaja, junto con Caja de Jaén, tiene el 34% del capital, Cajasol, un 33%, Caja Granada, el 16,5%, y la cordobesa, un 16,5%-.

Que Cajasur salga del BEF se podrá ejecutar vendiendo su participación o no acudiendo a una futura ampliación de capital que sí suscribiera el resto de las cajas. No obstante, fuentes financieras explican que habrá que esperar a ver qué hace la BBK con la cartera de participadas de Cajasur y, asimismo, cuáles serán sus proyectos empresariales específicos para Andalucía. "Quizá nos sorprendan. Ahí queda la tradición industrial de la vasca", precisan las fuentes.

Que Cajasur renuncie permitiría hacer del BEF un banco que facilitara la alianza, tal vez fusión fría, entre Cajasol y Unicaja, convirtiéndose aquél en la sociedad central de la unión. Pero en la pareja serían tres, puesto que aunque Caja de Granada se ha embarcado en un SIP (Sistema Institucional de Protección) de ámbito estatal (esto es, con cajas foráneas), seguirá conservando la naturaleza jurídica de caja y la sede social andaluza. Cumpliría, pues, las exigencias para estar en el BEF y en la FACA.

Tampoco es que el BEF haya sido un ejemplo de colaboración empresarial entre las entidades. Se cuentan con los dedos de una mano sus proyectos conjuntos -desembarcó en Silicio Energía y Sacesa, entre otras empresas-. En no pocas ocasiones la Junta le ha dado un toque de atención, aunque sin resultado. Ni siquiera pudieron aglutinar sus acciones en la agroalimentaria SOS.

  • 1