Costa, simulando la agresión. (Marcamedia)
Suele decirse que los arbitrajes unas veces dan y otras quitan, aunque en el caso del Sevilla ocurre más lo segundo que lo primero. La temporada del equipo no está siendo la esperada y no se puede culpar a los árbitros de las carencias deportivas, pero tampoco se pueden obviar las diferentes decisiones externas, en este caso de colegiados, que han perjudicado al equipo de forma clara.
El de González González ante el Atlético de Madrid se une a la lista de malos arbitrajes sufridos por el Sevilla esta temporada. La inmensa mayoría de ellos costaron puntos que en estos momentos situarían la plaza europea cerca.
El primero que causó indignación fue el de Undiano Mallenco, ante el Real Madrid. Ese día, el Sevilla ganó 1-0 pero el colegiado navarro dejó sin expulsar a Di María por doble amarilla y a Higuaín por dar una patada sin balón. Ninguno de los dos vio la cartulina roja. Undiano pagó con un paso por la nevera su mala actuación.
Otro arbitraje señalado fue la de Mateu Lahoz en el Sevilla-Barcelona, con victoria azulgrana en el tiempo de prolongación. El valenciano expulsó a Gary Medel por una inexistente agresión a Cesc cuando el equipo nervionense ganaba 2-1. Luego, volvió a errar al no castigar un control de Thiago Alcántara con la mano en la jugada del definitivo 2-3.
También fue sonado el arbitraje de Muñiz Fernández en Cornellá-El Prat, ante el Espanyol. Ese día expulsó a Reyes con 1-1 por sacar, según dijo, una falta sin haber hecho sonar su silbato. Luego se confirmó por las imágenes de televisión que sí pitó. El Sevilla jugó con diez hombres desde el minuto 38 y empató a dos goles.
Otro arbitraje que también ha dado que hablar es el del último derbi. Del Cerro Grande pudo expulsar a Paulao por una dura entrada a Negredo y pitó un penalti de Fazio que no pareció ser tal. En líneas generales su actuación perjudicó a los nervionenses.
La guinda la puso el arbitraje del pasado domingo, una reedición de lo ocurrido en la semifinal de Copa, donde el Atlético, y sobre todo Diego Costa, campó a sus anchas.
Tanto Emery como Monchi rompieron la costumbre y mostraron su indignación con los arbitrajes. El presidente Del Nido ha sido cauto hasta ahora. Este martes, por ejemplo, acudirá a un acto donde ya se anuncia que no se hablará sobre otro tema que no esté relacionado con el acto en sí.
Cala y la risa sarcástica del árbitro. Juan Cala ha hablado así de la jugada en la que Costa simula una agresión. Él se tira al suelo, miré al árbitro y éste me miró a mí con una risa sarcástica como diciendo Tranquilo, lo he visto todo. Yo pensé que le sacaría tarjeta por fingir, pero no fue así. Costa demuestra el tipo de persona que es, explicó en la radio oficial, donde añadía: Está claro que nos habrán beneficiado otras veces y estamos donde estamos por méritos propios, pero nos faltan seis o siete puntos por errores arbitrales.
