El entrenador del Real Betis, el argentino Gabriel Humberto Calderón, ha admitido hoy que sus jugadores, ya descendidos, viven en este final de temporada "una situación difícil, pero hay que dar la cara hasta el final para estar a la altura del club y de la afición". 
Calderón, en una conferencia de prensa tras dirigir un entrenamiento a puerta cerrada en la ciudad deportiva del club, ha afirmado que está "triste" porque vino "con la ilusión de salvar al equipo y fue duro no conseguirlo", sobre todo porque le "habría gustado no necesitar cuatro partidos para tener el equipo que quería, pero el margen era corto".
El preparador bético, que afronta el próximo domingo el último partido como local de la temporada al recibir en el Benito Villamarín a un Valladolid que lucha por la permanencia, ha señalado que "nunca" pensó "en el futuro".
"Lo más importante es que el club se organice para estar al nivel de su afición y es vital organizarse bien para subir el año que viene", ha destacado.
Además, ha advertido que "si se ponen por delante intereses personales", y citó ejemplos de "plataformas que se unieron, se pusieron de acuerdo e hicieron clubes fuertes", parece "que todo el mundo quiere mandar", por lo que espera "que dejen su interés personal y miren por el Betis".
Gabi Calderón ha anunciado que "el domingo jugaran los mejores para ganar el partido, sean jóvenes o veteranos" porque "la responsabilidad del descenso ha sido de todos y no se puede señalar a nadie en particular".
Sobre las pretensiones de los antiguos rectores de regresar al Betis, el técnico ha indicado que " (Manuel Ruiz) Lopera estuvo 20 años y dejó 90 millones de deuda", y se ha preguntado que "para qué una segunda oportunidad", mientras que quien fuera su hombre de confianza, Manolo Castaño, "estaba con él pero dice que no sabía nada".
"Vamos a ser generosos con el Betis, no vamos a engañar a la afición", ha afirmado Calderón sobre el futuro en la gestión de la entidad.
