No debutó Gabriel Humberto Calderón con buen pie con el Betis, aunque tal y como está el equipo hubiese sido un milagro. La derrota diluye en buena parte el efecto revitalizador que ha supuesto su llegada, anque el argentino se encargó de dejar claro que seguirán peleando porque quedan muchos partidos por delante: El entrenador y los jugadores vamos a ser dignos, subrayó.
Fue cuestionado sobre si consideraba justo el resultado, dado que su equipo gozó de muchas oportunidades, al margen de los dos goles: el fútbol no es cuestión de justo o no justo. Un equipo, en este caso el Celta, mete cuatro goles y el otro dos. Otra cuestión es que te anulen un gol que es gol como ha ocurrido en los primeros minutos. Estamos muy sensibles en todos los sentidos", lamentó Calderón, aunque admitió que el resultado tiene que ver también y sobre todo, con los fallos de sus jugadores: "también están los dos errores que tenemos en los dos primeros goles encajados, algo que no tiene que ver con la decisión que había tomado antes el colegiado.
Del partido de hoy, retengo en positivo las ganas del equipo. Dominamos por largos minutos el encuentro, sobre todo en el segundo tiempo, cuando hicimos las mismas ocasiones de gol que el Celta. Nosotros tenemos ahora 17 finales y cada una que no ganes resta. Pero nuestra obligación es ir a la próxima final, manifestó en sala de prensa de Balaídos.
Explicó que se vio obligado a cambiar a Paulao porque "se le quedaba dormido el pie tras el golpe que sufrió en el tendón", y a su parecer Cedrick no debió ver la tarjeta roja: Me pareció que la entrada de Cedrick no era de roja, al menos desde mi posición. El jugador del Celta no tuvo fair-play, dijo sobre Rafinha.
