Gabriel Humberto Calderón, cuando era seleccionador de Omán.
El culebrón escrito alrededor de Juande Ramos y su presunto retorno al Betis desapareció ayer casi del todo, porque con Manuel Ruiz de Lopera en medio nunca se puede asegurar nada al cien por cien, pero eso no significa que el futuro de Antonio Tapia esté más claro o menos discutido. El club y sus dirigentes ya han llegado a la conclusión de que el cordobés no es el señalado para continuar con el proyecto del ascenso y sólo falta conocer quién será su sustituto, aunque mientras tanto, como es natural, el aún entrenador verdiblanco no deja de hacer su trabajo. Ayer estuvo por la tarde en la ciudad deportiva y hoy volverá a acudir allí por la mañana para seguir preparando el choque contra el Salamanca "haciendo de tripas corazón", como dicen miembros de su cuerpo técnico.No le queda otra a Tapia, que a este paso tiene muchísimas posibilidades de sentarse en el banquillo de Heliópolis el próximo sábado a las cuatro de la tarde para dirigir a los suyos ante el Salamanca. No en vano, el partido es pasado mañana, así que un relevo con tan poco margen de maniobra se antoja improbable. Es más, teniendo en cuenta cómo funciona el Betis, un triunfo sobre el conjunto charro hasta alargaría la vida del baenense al frente del equipo. No sería la primera vez que eso ocurre. Sin ir más lejos, después de perder en Elche, el propio Tapia ya evitó su más que posible destitución venciendo primero a Las Palmas y luego al Villarreal B en La Palmera.
El caso es que mientras Tapia sobrevive en el Betis y Juande desmiente todo lo desmentible, otros entrenadores vuelven a colocarse a tiro de la entidad de Heliópolis. Uno que gusta mucho en la casa, porque perteneció a ella y porque ya fue sondeado hace meses, es Gabriel Humberto Calderón. Hasta ayer, el argentino era inaccesible porque tenía contrato con el club más poderoso de Arabia Saudí, el Al Ittihad, y romperlo le obligaba a pagar una cuantiosa indemnización a los jeques que dirigen ese equipo de la ciudad de Jeddah. Pero eso ha cambiado. Tercero en la liga saudí, a doce puntos del líder y casi sin posibilidades de alcanzarlo, el equipo no anda bien y los dirigentes decidieron destituir a Calderón el martes por la noche. Una derrota casera ante el Al Nasr (1-2) puso fin a la paciencia de los árabes, ya corta de por sí después de que su conjunto perdiese la final de la Liga de Campeones de Asia ante el Pohang Steelers coreanos, en noviembre, lo que de paso les impidió acudir al Mundial de Clubes.
El cese de Calderón, que tiene 49 años y una carrera labrada en Oriente Medio (antes fue seleccionador de Arabia Saudí y de Omán) después de estrenarse en banquillos menores de Francia y Suiza, abre un nuevo panorama en la búsqueda de entrenador en el Betis, ya que el coste de esa eventual operación se ha reducido al mínimo. El ex futbolista, además, se ha hartado de repetir que uno de sus objetivos es entrenar al Betis. Lo ha dicho varias veces desde que se metió en el mundo de los banquillos y lo reiteró por última vez el pasado domingo al ser cuestionado por su posible aparición entre los sustitutos de Tapia: "Al Betis iré algún día, aunque ahora no me parece que sea el momento. Tengo un contrato y no me parecería bien no respetarlo", decía. Ese contrato ya es historia.También según Calderón, no ha existido ningún contacto entre el Betis y él. A partir de ahora, quién sabe. Lo mismo podría decirse de todos los entrenadores que suenan: Risto Vidakovic, César Mendiondo, Fernando Vázquez, Víctor Fernández, Bernd Schuster... La lista, como siempre, es muy amplia.
