Jóvenes al día

Calentando motores con destino al carnaval

Los días previos al carnaval se convierten en un ir y venir de jóvenes, que entre humor y risas, eligen cómo caracterizarse una de las noches más divertidas del año.

el 13 feb 2015 / 09:00 h.

Verónica Moreno y Marina Pérez posan disfrazadas en el interior de la tienda que La Casa de los Disfraces tiene en la avenida de Montes Sierra en Sevilla. / Fotos: j. l. montero Verónica Moreno y Marina Pérez posan disfrazadas en el interior de la tienda que La Casa de los Disfraces tiene en la avenida de Montes Sierra en Sevilla. / Fotos: j. l. montero Qué el carnaval es solamente cosa de niños, no hay quien se lo crea a estas alturas. A pesar de que sólo seis de cada cien españoles afirma disfrazarse al menos una vez al año, el negocio del disfraz mueve al año 130 millones de euros en España y lo sitúa como potencia mundial tras EEUU. El principal enemigo de la industria de la caracterización se llama estacionalidad. Ésta afecta al negocio de tal manera, que sólo durante las dos primeras semanas de febrero consiguen facturar el 70% de sus ventas, unos tres millones de unidades en España. A pesar de esto, las tradicionales casas de disfraces luchan contra la temporalidad ampliando su campo de mercado a fiestas cada vez más implantadas en España como Hallowen, objetos de despedida de soltero o artículos de fiesta. La sevillana La Casa de los Disfraces tiene horario de atención al público de forma ininterrumpida desde hace unas semanas. 15 trabajadores componen la plantilla durante la campaña de carnaval. Ocho de ellos han sido contratados de refuerzo para la temporada. Cientos de personas visitan cada día sus instalaciones buscando el mejor disfraz con el que disfrutar un año más del carnaval. Objetos inimaginables, trajes de ensueño, elementos fantásticos, trajes de animales, todo tiene cabida entre las estanterías de este establecimiento. Verónica Moreno y Marina Pérez son dos amigas que han acudido a La Casa de los Disfraces en busca del mejor atuendo para acudir al Carnaval de Cádiz el próximo fin de semana. «Lo hemos planeado totalmente de improviso junto a otros amigos, ya que no teníamos pensado ir», aseguran. Pasarán la noche del sábado hasta el domingo por la mañana en la capital gaditana. Tras haber pasado la velada de fiesta regresarán a Sevilla. Marina se ha sacado este año el carnet y aprovecharán para ir en su coche. «Preferimos no depender de horarios en el transporte público e ir a nuestra bola a pesar de que sabemos que medios de transporte en estos días incrementan sus servicios y funcionan muy bien», argumentan. De Cádiz dicen que les llama la atención la cantidad de personas que se dan cita para vivir el carnaval: «Todo el mundo disfrazado, las calles y bares llenos de gente, el botellón, las chirigotas, las carrozas, el Falla…». Dicen que el ambiente en el carnaval es bastante bueno, aunque siempre dicen que hay algún contentillo suelto que se hace el gracioso. Cuentan con un presupuesto de 20 euros para gastar en su disfraz. «Hay trajes muy baratos que incluso incluyen complementos por poco dinero, no es difícil de encontrar algo dentro del presupuesto, es por eso que no interesa que lo hagamos nosotras mismas», explican. No tienen tan claro por el contrario con qué disfraz se quedarán: «Hemos visto dos que nos han gustado, uno de conejita y otro de monstruo. Los dos nos gustan por igual, pero el de conejitas vale 13 euros mientras que el otro cuesta 17». «El carnaval aporta un toque de humor a todos los problemas por los que los jóvenes y la sociedad en general estamos atravesando y sobre todo, nos hace ver el lado positivo de las cosas. El carnaval es risa y arte y merece la pena disfrutar de él», concluyen. INDUSTRIA CARNAVALERA. Inés Monsálvez y Jonathan Sastre son dos de los empleados de la tienda La Casa de los Disfraces. Aseguran que durante la época de los carnavales los clientes vienen demandado todo tipo de disfraces y otros accesorios. «A pesar del número de clientes que acuden a tienda a elegir su disfraz, también se realizan muchas ventas a través del catálogo online que se ofrece en su página web», matizan. Han llegado a tener pedidos desde Las Palmas hasta Francia.Son ellos mismos los que envían los disfraces hasta su destino. Según ellos, los disfraces que más salen, son aquellos que resultan más atrevidos y graciosos. En cuanto al precio siempre se recurren a los precios intermedios. «Este año el disfraz de la Pantoja en la cárcel está siendo uno de los más demandados a pesar de tener un precio más alto, rondando los 45 euros». Plantean que cada vez son menos las personas que se hacen su propio disfraz, aunque también disponen de una gran cantidad de complementos que salen como mucha facilidad, y eso demuestra que todavía son muchos los que recurren a hacerlo ellos mismos. «La campaña de Carnaval es mucho más corta que la de Hallowen, mientras que la primera se extiende en una semana, la segunda se desarrolla prácticamente a lo largo del mes de octubre», dice. A pesar de esto se atreven a concretar que el mayor volumen de ventas coincide con las compras para carnaval y lo achacan al hecho de que en nuestro país la tradición americana todavía no llega a equipararse con la fiesta más alegre de nuestra cultura: el carnaval.

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