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Calero: "Sin el desfibrilador no habríamos podido hacer gran cosa"

El médico del Betis fue el primero en atender a Miguel García. Los masajes cardíacos de los doctores y sanitarios y el desfibrilador devolvieron la vida al jugador del Salamanca.

el 24 oct 2010 / 19:08 h.

La tragedia se pasó ayer por el Helmántico y estuvo a punto de cobrarse una víctima, el centrocampista charro Miguel García, que en el minuto 59 y medio sufrió una parada cardiorrespiratoria y se desplomó, inconsciente, sobre el césped. La rápida reacción de los médicos, especialmente del bético Tomás Calero, y el desfibrilador que desde hace meses es obligatorio en todos los campos del fútbol español evitaron que la vida del jugador albaceteño se quedase sobre el césped. De acuerdo con el último parte del Hospital Clínico Universitario, emitido ayer por la tarde, Miguel García se encuentra estable y recuperándose del infarto cardíaco que le sobrevino durante el partido, según reveló el cateterismo que se le practicó ya en el centro sanitario. De momento se le ha colocado un stent, continúa ingresado en la UCI y hoy, si su evolución sigue siendo favorable, pasará a planta.

El doctor Calero fue el primero que atendió a Miguel García. Su intervención fue clave, ya que evitó que el futbolista se tragase la lengua y junto a su colega del Salamanca, José Ignacio Garrido, comenzó las maniobras de resurrección cardiopulmonar. Luego llegaron los sanitarios de la Cruz Roja, que prolongaron el masaje cardíaco durante cinco minutos con la ayuda fundamental del desfibrilador. Al final, el mediocampista recobró la consciencia y por fin pudo ser trasladado al hospital. "Ha sido una situación un poco dramática porque el jugador no reaccionaba, pero con la ayuda de todo el mundo lo hemos sacado adelante. Sin el desfibrilador no habríamos conseguido gran cosa", reconoció el médico del Betis.

La obligatoriedad de instalar desfibriladores en los estadios de fútbol, y en general en edificios públicos, data de un Real Decreto que el Gobierno aprobó en marzo de 2009, meses después de la muerte de Antonio Puerta. En el verano de 2008, antes del trágico suceso, la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica calculó que hacían falta unas 5.000 unidades de ese tipo en todo el país. "Esto debe servir de alerta para que en todos los clubes haya personal y material adecuado", reivindicó Calero. En el estadio del Betis hay desfibrilador los días de partido.

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