La Condesa de Barcelona sentía una especial predilección por Sevilla y un gran amor por la fiesta de los toros, sentimientos que transmitió a su hijo, el Rey don Juan Carlos, y a su nieta la Infanta Elena. Ambos presenciaron el homenaje que la ciudad y la Maestranza le brindaron.
Minutos antes de que comenzara la corrida con motivo del Corpus Christi, también en recuerdo de la Condesa de Barcelona, doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans, el Rey y la Infanta Elena descubrieron la placa al pie de la figura a caballo de la madre del monarca, una estatua de 5,60 metros de altura (incluido el pedestal de mármol de Macael) colocada delante de la sede de la Real Maestranza de Caballería, cuyos balcones fueron tomados ayer tarde por mujeres con mantilla blanca. A pie de calle, cientos de personas no quisieron perderse la visita de los miembros de la Familia Real, momento que aprovecharon para sacar la instantánea con el móvil o la cámara y, sobre todo, para vitorear al Rey y desearle "mucha felicidad" a la elegante Infanta, también con mantilla. Precisamente, ella eligió la Catedral de Sevilla para casarse por el vínculo de su abuela con la ciudad y entregó su ramo de flores a la Virgen de la Merced de Pasión, cuya saya fue parte del vestido de novia de la condesa, hermana y camarera de honor de la hermandad.
El escultor sevillano Miguel García Delgado ha representado a doña María de las Mercedes de amazona, a lomos de su caballo preferido, Vive le Roi, un equino franco-alemán (de ahí su gran tamaño, según el autor). Mil kilos de bronce se fundieron en Valencina de la Concepción para conformar la figura con la que la ciudad le rinde tributo. Entre el público, opiniones dispares: "Vengo de Su Eminencia para ver al Rey y me encanta la escultura", decía Manuela. "La estatua tiene toda la cara del Rey", apuntaba Paco, mientras su amigo no entendía la dimensión del caballo.
Al acto asistieron autoridades, como el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón; el vicepresidente primero de la Junta, Gaspar Zarrías; el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el cardenal-arzobispo Amigo Vallejo. Tampoco faltó el torero Curro Romero y el presidente del Betis, Pepe León. No hay que olvidar que la condesa se definía como bética y currista. Además de la corporación municipal, otros rostros conocidos también hicieron acto de presencia, como la Duquesa de Alba, el jefe de la Fuerza Terrestre, Virgilio Sañudo; el teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza de Caballería, Alfonso Guajardo-Fajardo; el escritor Antonio Burgos, el presidente de la CEA, Santiago Herrero, el decano del Colegio de Abogados, José Joaquín Gallardo, y el de Arquitectos, Ángel Díaz del Río.
Doña María de las Mercedes llegó a Sevilla cuando su padre fue destinado como capitán general, aunque tuvo que irse de España con la II República, en 1931. Murió en 2000 en Lanzarote.
