El estado de California comenzó a tramitar ayer los matrimonios entre personas del mismo sexo, un avance social para unos y un atentado contra los fundamentos de la familia para otros, que aún no han dicho su última palabra. La decisión de la Corte Suprema de California, que hace un mes declaró inconstitucionales las leyes que prohíben las bodas entre homosexuales en este Estado, entró formalmente en vigor ayer, momento a partir del cual se empezaron a conceder licencias para estos enlaces.
Se espera que el aluvión de bodas comience hoy, si bien algunos registros alargaron ayer su horario para entregar las licencias a las parejas más impacientes.
La sentencia del máximo tribunal de California, que convirtió a este Estado en el segundo de EEUU en permitir los matrimonios entre homosexuales, después de Massachusetts, supuso un jarro de agua fría para numerosas organizaciones conservadoras y religiosas.
Noruega. Por su parte, el Lagting (Cámara Alta) del Parlamento noruego aprobó ayer una ley de matrimonios de homosexuales que los equipara con los de heterosexuales y autoriza la boda entre personas del mismo sexo, que también podrán adoptar. La votación en el Lagting, que normalmente se limita a sancionar las leyes adoptadas por el Odelsting (Cámara Baja), estuvo rodeada de incertidumbre hasta los últimos minutos, debido a que varios partidos concedieron libertad de voto a sus miembros.