Deportes

Camaradas de la revolución

Sevilla y Villarreal se repartieron los puntos después de liderar el cambio para un reparto más equitativo del dinero de la televisión, en una jornada en la que la Liga fue menos escocesa por el empate del Barça y la apurada victoria del Madrid.

el 10 sep 2011 / 22:29 h.

El Barcelona empata un partido que ganaba 0-2 al minuto 11. El Madrid gana con un penalti que se inventa el árbitro. La revolución que ha comenzado José María del Nido en los despachos llega al césped antes de que el nuevo reparto de los dineros de la televisión se formalice en contratos y estatutos, aunque haya cosas que no cambiarán por los siglos de los siglos. Lo digo por el penalti del Bernabéu. Esas dificultades de la Liga de Dos contra la Liga Española daba que pensar, mal, a muchos aficionados. Estando el Madrid y el Barça de por medio todo es posible, pero lo de teatralizar dos duelos igualados para echar abajo la teoría Delnidiana... ni en el psiquiátrico.

Igual podría construirse la teoría de que, siendo camaradas en la batalla de la LFP por una competición más justa, Villarreal y Sevilla firmaron tablas pactadas. Si fuese así, Marcelino merecería un Óscar por su interpretación en la sala de prensa, porque juraría que se lo llevaban los demonios. No es para menos. Su equipo dejó escapar dos puntos y los beneficios del average ante un rival directo por la Champions con todo a favor. Pero este Sevilla que quiere cambiar el fútbol español hace tiempo que vendió su instinto asesino. Se marchó con Alves, Adriano, aquel Renato, Luis Fabiano y algunos otros. Instinto como el que le falta en defensa. Marcelino también tiene pendiente una revolución si no quiere acabar siendo la víctima. Curiosidades del destino, fue un defensa quien evitó una semana complicada en la carretera de Utrera.

A El Madrigal no entraron las radios, que no han hecho otra cosa en 50 años que engrandecer el fútbol. El único que se arriesga y lleva el pulso hasta el final, incluido el operador televisivo que le paga, es el Sevilla. Los demás, al rebufo por si la cosa sale bien. El fútbol es un reflejo de la sociedad. Los mercados y los mercaderes hacen y deshacen. Es la dictadura del siglo XXI. El dinero pone los horarios, el dinero provoca las desigualdades a través de la inflación que han provocado los mismos clubes durante años en una escalada indecente de salarios para los futbolistas, comisiones escandalosas por fichajes a precios escandalosos y otras burbujas. El Madrid y el Barcelona forman parte del problema pero no son el problema fundamental para que otro fútbol alumbre. Es lo mismo que le pasa a Marcelino. Que tiene pintores en casa y no sabe bien cómo se la van a dejar.

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