Este 23 de septiembre se produce cada año el equinoccio de otoño, día en el que en todo el planetas, salvo en los polos, el día y la noche tienen la misma duración. En resumen, el cambio de estación, el final del verano. Al Sevilla este fenómeno astronómico, pues va en función de la alineación de la Tierra con respecto al Sol, le trae en cierto modo al pairo, pero eso de que acabe el verano puede sentarle bastante bien. Porque la agonizante época estival sólo ha supuesto disgustos, de bastante calibre además. En verano ha llegado la eliminación de la Liga de Campeones, en verano el Sevilla ha hecho poco menos que el ridículo en el Camp Nou y en verano ha nacido el debate en torno a Luis Fabiano, Álvarez y sus sistemas.
Pero todo eso debe quedar enterrado bajo las hojas de los árboles, si es que caen. Este Sevilla otoñal pinta de otra forma. Para empezar, pinta sin Luis Fabiano, al que Antonio Álvarez dejó fuera de la lista de convocados ayer -aunque finalmente lo convocó en la mañana del jueves por la recaída de Kanouté en su proceso gripal-, al igual que a Diego Capel. Pinta sin Jesús Navas, al menos hoy, ya que está lesionado, y pinta con un sistema variado respecto al implantado por el mismo Álvarez a su llegada la temporada pasada. El que le ha dado las dos victorias que por ahora mantienen al Sevilla en la segunda plaza de la Liga. Y pinta con algunos jugadores que van entrando poco a poco en los planes de Álvarez. Es el caso de Alfaro, que tras su buen papel en Málaga tendrá hoy continuidad, o de Guarente, o el de Romaric y Acosta, nuevamente convocados tras sus épocas de ostracismo veraniegas.
El caso es que el Sevilla de Álvarez, el que quiere Álvarez, es distinto al del verano. Las resultados, los varapalos y el rendimiento de algunos jugadores le han hecho recapacitar y ahora quiere cambiar el paso optando principalmente por mayor control en el centro del campo. Eso lo puede lograr el de Marchena por algunos cauces: con un centrocampista más, Cigarini probablemente, en la mediapunta, o con un Kanouté mucho más sacrificado en labores defensivas e implicado en la construcción del juego, pero que finalmente se ha caído de la convocatoria. Por una de las dos opciones se decantará el entrenador nervionense, que no ha tenido problema en tomar decisiones controvertidas en las últimas semanas.
Además de eso, puede que entren también en juego en la alineación las rotaciones. A este argumento pueden responder algunos cambios, como la entrada en el equipo de Konko y hasta es posible que Alexis o incluso la de Acosta o Romaric, menos probable esta noche.
La cabeza de la liga. Sea por la llegada del otoño, por el cambio del sistema o por la debilidad de los rivales, el Sevilla ha comenzado la Liga de manera muy meritoria, con dos victorias –ante el Levante y ante el Málaga– y un empate –ante el Deportivo– que bien pudo ser otro triunfo si por ocasiones fuera. Se ha instalado segundo en la clasificación y hoy tiene una oportunidad inmejorable de mantenerse en los más altos puestos, al nivel de los mejores. Recibe un Racing algo flojo, con un triunfo, ante el Zaragoza, en las tres primeras jornadas y con Rosenberg como baluarte. Por el momento, el equipo de Álvarez ha demostrado más solvencia fuera –ha batido el récord histórico de la entidad de victorias consecutivas a domicilio– que dentro, donde anda falto de efectividad, algo que también quedó a las claras ante el PSG en la Liga Europa. Hoy, con un delantero, Negredo, o dos debe mejorar ese aspecto. El potencial del Sevilla no puede verse mermado cuando parece mejorar la defensa. Lo adecuado es el equilibrio, como en los equinoccios.
