La familia de Juan Luis Fernández, el empresario encarcelado desde hace mes y medio acusado de recibir un paquete con un vestido de novia impregnado de cocaína, reparte octavillas y se manifiesta en la calle, a la espera de que el Juzgado de Instrucción número 2 de Utrera se ocupe del caso.
El negocio del detenido, una tienda de moda especializada en vestidos de novia cerró unos días en las fiestas navideñas por vacaciones pero ya vuelve a la normalidad. De hecho, su dueño lleva casi mes y medio entre rejas y el establecimiento sigue regentado por la familia y los trabajadores, aunque ninguno ceja en su intento de reclamar la libertad para este empresario de 42 años y vecino de Los Palacios y Villafranca.
Cuentan que tras llamar "a todas las puertas" para pedir apoyo, nadie les hace caso. "Las instituciones no se quieren manchar, las personalidades temen por su imagen y la justicia no se ve por ninguna parte", dicen en una nota de la que están repartiendo miles de copias por todo el pueblo. Las hay en tiendas, bares, panaderías y hasta pegadas en farolas.
Sus familiares y amigos se concentraron recientemente en la puerta de la tienda bajo el lema Justicia y libertad para Juan Luis, un acto parecido al que protagonizaron días antes en las puertas de los juzgados de Utrera, donde criticaron que no sólo el titular estuviera de baja sino también su sustituto, lo que deja el servicio bajo mínimos según el escrito. En el mismo los afectados lanzan una clara advertencia: "Tened cuidado con los paquetes que recibáis porque os pueden destrozar la vida".
Es, según dicen, lo que le ocurrió a este empresario, que recibió un paquete a través de una empresa internacional de mensajería en el que había un vestido de novia impregnado con kilo y medio de cocaína. Según Jaime Rey, amigo del detenido, éste recibió un paquete de Venezuela que había sido detectado en Londres aunque en la dirección constaba la del negocio y el nombre de su propietario.
El extraño envío es, para quienes apoyan a este hombre, un nuevo sistema de distribución de droga que se está implantando en España. Sostienen que los narcotraficantes envían la droga a través de empresas internacionales de mensajería. Si no son descubiertos en la aduana, "los narcos se encargan de quedársela por el camino antes de que llegue al falso destinatario que lógicamente no la reclamará pues nunca la pidió ni tiene conocimiento de la misma". En cambio, "si el paquete con droga camuflada es descubierto por los agentes en la aduana, el procedimiento es entregárselo al que falsamente figura como destinatario en el paquete". En este segundo supuesto se encuentra, según su versión, este hombre, "injustamente encarcelado hasta que pueda demostrar su inocencia". Su abogado, José Ignacio Bidón, reclama la libertad de un empresario "que lleva 22 años en el gremio" y cuyo ingreso en prisión "puede poner en peligro 10 puestos de trabajo fijos". Y concluye: "La familia está viviendo una pesadilla".
