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Campaña con acento andaluz

Andalucía llevará a La Moncloa al próximo presidente y tanto PSOE como PP pelean por sus indecisos.

el 18 nov 2011 / 22:49 h.

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Un ensayo general para las elecciones autonómicas de la primavera. La campaña de las generales en Andalucía no ha podido escapar de la próxima cita electoral, la que de verdad enfrentará a los líderes andaluces y en la que por vez primera las encuestas pronostican la posibilidad de que el Partido Popular alcance una mayoría absoluta suficiente para gobernar en solitario después de 30 años de socialismo en Andalucía.

José Antonio Griñán, presidente de la Junta y secretario general del PSOE-A, y Javier Arenas, presidente del PP-A, se han volcado en esta campaña tanto como hicieron en las pasadas municipales de mayo, que ganaron los populares con una distancia de 7,2 puntos. Ambos líderes han sumado kilómetros y recorrido todas las provincias con un objetivo común: conquistar a los votantes del granero socialista por excelencia. Unos 700.000 indecisos que pueden mitigar una debacle histórica del socialismo, como pronostican la gran mayoría de los sondeos. De ahí que los líderes nacionales también hayan hecho de esta comunidad un terreno estratégico.

Arenas ha estado cultivando su perfil de hombre de centro, revistiendo su discurso con propuestas de tono presidencialista y pidiendo a los desencantados del PSOE que voten por vez primera a su partido. En su boca un mensaje insistente: el millón de desempleados andaluces.  

Griñán ha puesto el acento en la confrontación ideológica derecha-izquierda y enarbolando el Presupuesto andaluz para defender un modelo socialdemócrata, señalando al PSOE como una garantía de buenos servicios públicos y como un escudo protector de la educación o la sanidad frente a los recortes ejecutados en las comunidades del PP. Su mensaje más insistente ha sido el de “cuidado con la letra pequeña del PP”, en alusión al “programa oculto” que según los socialistas ejecutará Mariano Rajoy cuando llegue a La Moncloa.

Por su parte Izquierda Unida, asfixiada entre el bipartidismo reinante, ha pedido a los ciudadanos que se “rebelen” y ha sacado pecho después de que los sondeos pronostiquen que pueden conseguir escaño por Sevilla y por Málaga. Y los andalucistas han tratado de colar sus mensajes, con pocos medios, tras emprender una recogida de firmas buscando el 0,1% de avales que necesitan para concurrir.

Más allá de los discursos políticos, la campaña en Andalucía ha estado marcada fundamentalmente por dos asuntos: la encuesta del CIS que advirtió de un “vuelco histórico” en Andalucía a favor de los populares y la instrucción judicial del llamado caso de los ERE, que investiga una supuesta trama fraudulenta tejida con ayudas públicas de la Junta para el desempleo.

El sondeo oficial, uno de los más fiables, marcó el arranque de la campaña al pronosticar que el PP podría por vez primera sacar al PSOE una ventaja de diez diputados, invirtiendo los resultados que se consiguieron en 2008. Los populares obtendrían hasta 35 de los 60 diputados en juego.

El otro gran asunto: el caso ERE y la jueza Mercedes Alaya. Los populares han endurecido su ofensiva con este supuesto “escándalo”. Fue Alfonso Guerra el que consiguió una reprimenda del Poder Judicial por insinuar una relación entre la jueza y el popular Juan Ignacio Zoido. Un día después, la magistrada emitió un auto en el que apuntaba directamente a Griñán, señalando que su firma podría estar en algunas de las subvenciones irregulares. La Junta recurrió ese auto. También pregunta al PP por las irregularidades en un ERE en la Faja Pirítica de Huelva. La historia seguirá en las autonómicas.

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