El president de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, anunció ayer que convocará manifestaciones para oponerse a la "humillación" que supondría para la Comunitat que el Gobierno trasvasara agua del Ebro a Barcelona. Gobierno y Generalitat tenían previstó iniciar ayer una ronda de contactos para cerrar el acuerdo.
Camps hizo estas declaraciones tras presidir la primera reunión de la comisión interparlamentaria del Partido Popular valenciano con diputados y senadores. El president de Valencia se refería así a la autorización, por parte del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, de un trasvase de agua del Ebro a la capital catalana en caso de persistir la sequía.
"Como president de la Generalitat no voy a admitir la humillación que significaría que lo que no se permite para nosotros se permita para otros territorios de España". El, a su juicio, "injustificado" proyecto hídrico para Barcelona sería "paradójico" ante la derogación, a su juicio tomada en 2004 mediante un "decretazo" del Consejo de Ministros, del trasvase hacia la Comunitat Valenciana, Murcia y Almería.
El jefe del Consell, quien insistió en que no se opone al reparto hídrico para Barcelona y Aragón, sino a su carácter excluyente respecto a las regiones del arco mediterráneo, se mostró "convencido" de que su postura estará respaldada por los Gobiernos murciano y andaluz y también por "todos los españoles de bien".
Negociación. La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, se reunió ayer por la tarde con representantes de la Generalitat de Cataluña en un encuentro de trabajo para ir cerrando las medidas que se pondrán en marcha para garantizar el suministro de agua al área metropolitana de Barcelona. Fuentes de la Generalitat aseguraron que la fórmula pasaría por "aprovechar el excedente" de Corporación Aguas Tarragona (CAT)y recordó que el Govern apostaba por el Segre.
