El mejor acicate para acudir a esta convocatoria la dio ayer el bailaor Antonio Canales, quien colabora en el segundo capítulo del montaje con su baile y su voz en la lectura del célebre poema homónimo de Federico García Lorca en el que se inspira la propuesta: "El público llorará de emoción con estas coreografías", prometió. Y debe tener argumentos para afirmarlo después de contemplar a las más de 40.000 personas que han visto la obra en las recientes funciones llevadas a cabo en Granada.
"Llanto por Ignacio Sánchez Mejías pretende evocar mediante la danza flamenca y la española cómo fueron los dulces años 20, cómo el grupo intelectual entorno al torero, entre ellos los poetas del 27, fueron gente muy renacentista", argumentó ayer durante la presentación de un montaje que, en Metáfora flamenca, contará también con otra invitada de excepción, la bailaora Pastora Galván.
"La poesía de Lorca continúa abriendo grietas en el corazón", según Canales. Idea en la que redundó el coreógrafo Rubén Olmo, que explicó cómo Llanto tiene dos partes, una primera basada en las fiestas que el torero ofrecía a sus amigos poetas, "más natural y abierta", y una segunda basada en los textos de Lorca, "de mayor enjundia dramática". Con diez primeros bailarines y una cuidada puesta en escena, Canales se medirá de frente con una nutrida compañía de jóvenes valores del baile que, en un momento determinado, asumirán el papel de dar vida a un "toro colectivo" que será lidiado al compás de la música que para el montaje ha compuesto Manuel de la Luz, "una partitura que, parcialmente, obedece a palos flamencos como fandangos, bulerías y tangos, mientras que por otro lado hay amplios segmentos que no responden a ninguno concreto", aclaró.
y en santa clara...
Dos trianeras, una de Orán (Argelia), otra de Sevilla, ambas de la familia Montoya. Antonia la Negra y Angelita Montoya suman un siglo de flamenco en Triana. Juntas inaugurarán hoy a las 23.00 horas en el Espacio Santa Clara (con las entradas agotadas) el ciclo Cien años de cante, un lugar que dará cabida al diálogo intergeneracional. La primera se casó con Juan Montoya y de ahí surgió la semilla de una de las familias más míticas del arte jondo. La segunda ha tenido inmejorables fuentes y hoy es ya su momento.
Y aunque la voz de La Negra se fue de la primera línea de escenario hace algún tiempo, la Bienal ha querido unirlas para revivir esta "máquina de hacer compás flamenco", como ayer la veterana cantaora recordó que llamaban a su familia.
