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Candidato joven, partido viejo, votantes nuevos

Todos los partidos han rejuvenecido sus listas electorales. Por primera vez el perfil y la edad del candidato medio se acerca a la del votante medio. Esta medianoche arranca una campaña que anuncia el cambio de ciclo político andaluz

el 05 mar 2015 / 08:45 h.

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Moreno_SusanaEl votante medio andaluz, según las últimas tres elecciones autonómicas, es de clase media y tiene entre 35 y 45 años. El perfil del candidato en los comicios del 22 de marzo, por primera vez, coincide con el del votante, o al menos está más próximo en edad a él o a ella. Éste es uno de los datos más significativos para describir el cambio de ciclo en la política andaluza, que arranca hoy a medianoche en una intensa campaña electoral. La generación de los dos últimos presidentes de la Junta, Manuel Chaves y José Antonio Griñán (que dejaron el cargo próximos a los 60 años) ha cedido el testigo, pero no a la generación inmediatamente anterior, donde esperaban grandes profesionales de la política que alguna vez sonaron para presidentes: la exconsejera y expresidenta del Parlamento, Mar Moreno; o los exconsejeros Francisco Vallejo y Martín Soler. Son más jóvenes que sus antecesores pero más viejos que los nuevos líderes que se presentan el 22M (además se da la circunstancia de que los mencionados están imputados o salpicados por el caso ERE). Antonio Maíllo (c) junto a José Chamizo y Luiz García Montero. / EFE Antonio Maíllo (c) junto a José Chamizo y Luiz García Montero. / EFE La candidata del PSOE-A y presidenta, Susana Díaz, tiene 28 años menos que su antecesor [Griñán]. El aspirante y líder del PP-A, Juan Manuel Moreno Bonilla, tiene 13 años menos que Javier Arenas, lo mismo que separa al coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, con su predecesor, Diego Valderas.  La aspirante más joven es Teresa Rodríguez, cabeza de cartel de Podemos (33 años). Ella no existía cuando se aprobó la Constitución (1978), y nació el año en el que se votó el Estatuto andaluz (1981). El mayor es Maíllo, que tiene 48. De los grandes partidos, no hay ninguno que concurra el 22 de marzo con el mismo cabeza de cartel que hace tres años (sólo repite Martín de la Herrán, por UPyD). Esto también ha roto una tendencia: Chaves se presentó y ganó seis veces consecutivas (19 años como presidente); Arenas perdió cuatro veces y Valderas tres. Todas las fuerzas han renovado y rejuvenecido sus listas. De los 109 candidatos de cada partido, el PSOE ha cambiado a 83, y los populares a 56. Los analistas han encontrado la explicación del cambio de ciclo en la crisis económica que ha obligado a revisar todos los valores que no han funcionado; en el hartazgo ciudadano con los grandes partidos que han gobernado en esa crisis, y que representan el bipartidismo (PSOE-PP).Pero sobre todo, la explicación del cambio de ciclo está en la movilización social donde se gesta, primero, el movimiento de protesta 15 de mayo, y luego el partido emergente que parece marcar el ritmo al resto de fuerzas: Podemos. Por esa misma necesidad de derrocar el establishment, pero con inspiración distinta, un partido nacido en Cataluña (Ciudadanos) se ha hecho un hueco en Andalucía. teresa-rodriguez-podemos-2El 22M será un experimento sin precedentes: se medirá la resistencia del bipartidismo; se medirá la fragmentación de la izquierda ortodoxa y de la derecha tradicional, amenazadas por esas fuerzas que irrumpen con ideas parecidas, pero con otro estilo y otro discurso que ha conectado con la gente cabreada. Las encuestas, tan inútiles en las elecciones de 2012, vaticinan un Parlamento sin mayoría absoluta, y con cinco partidos, en vez de tres. El experimento parece abocado a acuerdos poselectorales en los que la fuerza más votada –previsiblemente el PSOE– pacte con quien acaba de romper por falta de estabilidad en el Gobierno (IU); o puede acabar en el primer tripartito andaluz, que dé entrada a uno de los partidos nuevos que ahora rechazan los viejos. Los codazos entre la izquierda y entre los que reclaman «la centralidad» hace que los grandes apelen al voto útil, y que los nuevos llamen a la movilización. La participación en 2012 fue del 62%, ahora se prevé que supere el 70%. La diseminación del Parlamento obligará a los políticos a ser mejores políticos para llegar a acuerdos que permitan la gobernabilidad de una región con 1,4 millones de parados, y muchos problemas estructurales. Y si no se logra, otra opción posible es volver a convocar elecciones este mismo año.

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