Cultura

Cañizares tumba a un Canales flojo

Mientras el guitarrista Juan Manuel Cañizares embelesó al público con su técnica brutal y sus prodigiosas composiciones, el bailaor sevillano Antonio Canales decepcionó. El Antiguo Mercado Público de La Unión se llenó un día más de aficionados para sentir en la piel el torniscón de lo jondo. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 09:48 h.

Mientras el guitarrista Juan Manuel Cañizares embelesó al público con su técnica brutal y sus prodigiosas composiciones, el bailaor sevillano Antonio Canales decepcionó. El Antiguo Mercado Público de La Unión se llenó un día más de aficionados para sentir en la piel el torniscón de lo jondo.

El Antiguo Mercado Público de La Unión se llenó un día más de aficionados para sentir en la piel el torniscón de lo jondo. Se anunciaba un mano a mano interesante: el de un gran guitarrista catalán, Juan Manuel Cañizares, y el bailaor y coreógrafo trianero Antonio Canales. Había expectación porque no todos los días pueden verse los dos a la vez, si es que se han visto alguna vez. Al final del duelo artístico, el público pudo ver cómo Cañizares soplaba el cañón de su revólver mientras miraba con satisfacción el cadáver del bailaor sobre la tarima.

Cuando Cañizares, con 16 años de edad, ganó el Concurso Nacional de Jerez, un crítico dijo que había nacido el guitarrista del futuro y no se equivocó. Cuando Paco de Lucía cuelgue la guitarra, el catalán ocupará su trono. No tiene su carisma ni su aire flamenco, pero en técnica y talento no tiene nada que envidiarle al universal andaluz de Algeciras.

Cañizares comenzó su magnífico recital con un repaso a su última obra discográfica, en la que ha adaptado a la guitarra flamenca la Suite Iberia de Albéniz, una de las obras cumbres para piano de la música clásica española. Sólo un superdotado como Cañizares, de un enorme sentido artístico y unas facultades sobrehumanas, se puede permitir esta aventura musical que, sinceramente, si en el disco ya nos impresionó, el directo de la noche del lunes nos hizo elevarnos de la butaca y darnos un paseo por toda la sierra minera de La Unión.

Tuvimos la fortuna de disfrutar del Albéniz más andaluz, a través de un guitarrista que ha llevado el instrumento poco menos que al límite de su evolución técnica. Es prácticamente imposible ir más allá, en el aspecto técnico, de donde ya ha ido Juan Manuel Cañizares, porque ir más allá sería como volar en globo hacía Marte.

Hizo otras cosas, además de la ya citada prodigiosa adaptación de la obra para piano de Albéniz. Con una segunda guitarra de verdadera seda, la del madrileño Juan Carlos Gómez Pastor, y el gran percusionista Rafael Villanueva El Cañi, que así es que como le llaman los flamencos, repasó su obra y nos maravilló con tangos, alegrías y rumbas, logrando un éxito importante en la Catedral del Cante.

Decepción . Antonio anales lleva tiempo viviendo de las rentas, pero hay que tener cuidado con estas cosas porque el nuevo público que acude al flamenco, es muy distinto del de hace décadas. Por esto, al final vimos a muchos aficionados despotricando del bailaor y su "descarada manera de llevárselo calentito". El bailaor de Triana ha venido a La Unión con un espectáculo compuesto por coreografías de algunas de sus obras más importantes, sobre todo de Bernarda Alba y Bailaor. Se ha traído a dos jóvenes valores del baile, Mónica Fernández y Amador Rojas, que lo anularon.

De hecho, cuando al final Canales los hizo salir para que recibieran ambos los aplausos del público, comprobó apenado que habían gustado bastante más que él. Sobre todo Amador Rojas, un auténtico animal del baile, sevillano, que reinventó la elaborada farruca de Bernarda Alba.

Canales puso a trabajar a estos dos artistas, se limitó a bailar por soleá y bulerías y el resto del tiempo se lo pasó en los camerinos. Si no es capaz de afrontar con imaginación el declive, el final de su carrera puede ser duro.

  • 1