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Cansados y asqueados en la Alfalfa

Vecinos de la Alfalfa, cansados del botellón, del ruido y del incumpliento de la normativa por parte de algunos bares, se unen en la calle y en las redes para evitar una Alfalfa Degradada.

el 08 oct 2014 / 12:00 h.

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 El portavoz socialista del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Espadas, se reunió ayer con los vecinos de la Alfalfa El portavoz socialista del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Espadas, se reunió ayer con los vecinos de la Alfalfa «Las 2:45 y los vecinos de la Alfalfa estamos aguantando el botellón, esta noche con agresión hacia los vecinos», publicaba desesperada la procuradora y bloguera Silvia de Carrión en su cuenta de Twitter haciendo un llamamiento al Ayuntamiento de Sevilla y al alcalde, Juan Ignacio Zoido. Ese tuit fue el punto de partida de una campaña vecinal para luchar contra el botellón en la céntrica zona sevillana de la Alfalfa. Así, con Silvia como portavoz, surgió la plataforma Alfalfa Degradada, formada por vecinos hartos del botellón, de los ruidos y del incumplimientos de las normativas por parte de algunos bares de copas de la zona. «Hemos tenido que organizarnos porque está claro que individualmente no hemos conseguido nada» comentaba Carmina Martínez, que lleva 35 años viviendo en la Alfalfa y se queja del «deterioro del barrio» y de «la dejadez del Ayuntamiento». Como apunta Concha, profesora universitaria y vecina de la calle Don Alonso el Sabio, «hemos empezado a ser más visibles, pues las redes sociales han hecho que tengamos mayor repercusión». A través de Facebook, Twitter y un canal de Youtube, los vecinos se quejan de que la Policía Local no actúa y que están cansados de llamar todos los días al 112 sin que nadie acuda. «Desde hace dos días tenemos rondando policías por aquí a las 8 de la tarde, pero nosotros no queremos policías las 24 horas, solo queremos que se cumplan las normativas» comentaba Pepe Periáñez, uno de los vecinos afectados. «Pedimos el cumplimiento de las normativas en cuanto a horario de apertura y cierre, ruidos, venta de alcohol a la calle de algunos bares de copas», decía. Los vecinos se muestran cansados de aguantar ruidos hasta altas horas de la madrugada, orines y vómitos en la puerta de sus casas, así como episodios de violencia y agresiones con los vecinos, tanto verbales como físicas. Belén Cabello, otra de las vecinas, comentaba que cuando regresa a casa por la noche después del trabajo, «da miedo y asco, por los malos olores». Algunos vecinos se han ido del barrio y otros tienen que tomar pastillas para conciliar el sueño. Aseguran que ya no pueden más con esta situación y aunque reconocen que allí la movida ha existido siempre, se ha visto incrementada en los últimos dos años, especialmente ahora con el inicio del curso académico. Los vecinos destacan que quienes frecuentan más esta zona son estudiantes americanos, Erasmus o universitarios de fuera de Sevilla. Al tratarse de bares pequeños, muchos venden las bebidas para que las consuman en la calle y esta se convierte en un único bar multitudinario. «¿Cómo llega una ambulancia a mi casa si me pongo malo?», se preguntaba Manuel, un vecino de 74 años. No obstante, hay vecinos que apuntan que sus negocios no se ven afectados. «Cuando yo abro mi negocio, la calle ya está limpia», comentaba la propietaria de una de las tiendas de la zona. Por su parte, algunos bares aseguran que ellos cumplen su horario de cierre. «Nosotros cerramos a las 2, cumplimos con nuestra licencia, y no vendemos bebidas a la calle», comentaba uno de los camareros de la Bodega La Aurora, en cuya puerta hay un letrero, en español y en inglés, en el que se puede leer «prohibido sacar bebidas a la calle». Aún así, los vecinos están más unidos que nunca para que la Alfalfa vuelva a ser una zona de disfrute de todos.

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