Cultura

Cantar sin ataduras

El cantaor Miguel Ortega alternó los temas de su disco con continuos guiños a los clásicos.

el 23 sep 2014 / 22:46 h.

TAGS:

Recital de cante *** Escenario: Espacio Santa Clara, Dormitorio Alto. Cante: Miguel Ortega. Guitarra: Manuel Herrera. Aforo: Lleno. Muchas de las grandes figuras del cante comenzaron su carrera cantando pa’trás, o lo que es lo mismo, acompañando al baile. Pero llega un momento en que todo artista siente la necesidad de asumir el protagonismo y cantar pa’alante. Es el caso de Miguel Ortega, un cantaor que se rifan todas las figuras del baile del momento y que, como el mismo reconoció, desde hace algunos años siente la inquietud de cantar sin las ataduras que impone el compás del baile. En 2010 grabó su primer disco y ayer tuvimos la oportunidad de disfrutar de su contenido, aunque no del todo porque Miguel se precia de ser respetuoso con los clásicos, y en esta ocasión ha querido acordarse de algunas figuras del cante de todos los tiempos. Como Toronjo, cuyos fandangos eligió para poner el punto final. O Tomás Pavón y Vallejo, cuyo cante sonó en su voz por seguiriyas, aunque Miguel les impuso un tempo mucho más vivo del que suele regir este palo. Aquí alcanzó un alto grado de compenetración con su guitarrista, Manolo Herrera, cuyo toque cálido y envolvente sonaba clásico y moderno a un tiempo. Esta forma tan particular de interpretar las seguiriyas caldeó el ambiente. Y es que, a diferencia de otros recitales que han tenido lugar en este espacio, Miguel no sólo convocó a un público foráneo. Ayer pudimos ver allí a algunos artistas que, como Fernando Romero, han compartido con él las tablas, amén de algunos buenos aficionados cuyo acento denotaba su claro origen andaluz. Pero antes de las seguiriyas Miguel comenzó templándose por malagueñas y alegrías, con lo que demostró su dominio del compás. Al igual que con los tientos-tangos, a los que imprimió un ritmo tan vivaracho y alegre que casi pone al respetable a bailar. La soleá se la dedicó al cantaor Paco Moya, recientemente fallecido, y visiblemente emocionado nos brindó un colorido recorrido. Pero por desgracia, él mismo lo reconoció, Miguel estaba acatarrado y no pudo cantar pleno de facultades. No obstante, dejó bien patente su dominio del compás y de la modulación gracias a una voz bien timbrada y poderosa, quizás demasiado.

  • 1