Millones de viajeros se vieron afectados por la mayor huelga ferroviaria de la historia de Alemania. El sindicato de maquinistas GDL, que ya paralizó el transporte de mercancías, extendió la protesta a las líneas de cercanías, regionales y de larga distancia de los ferrocarriles alemanes. La huelga durará, en principio, 48 horas.
La huelga afecta especialmente al este de Alemania, donde se calcula que sólo circula un 10% de los trenes de pasajeros regionales, mientras en las grandes urbes como Berlín se pasó de 5 a 20 e incluso 40 minutos la frecuencia de la circulación de las líneas de cercanías.
Mientras, en el occidente del país la situación parecía ser menos dramática. La dirección de los ferrocarriles alemanes calcula que circulan el 50% de los convoyes regionales y de cercanías y el 60% de los trenes de largo recorrido. En Francfurt y Stuttgart, por ejemplo, sólo funcionaba un tercio de los trenes de cercanías, mientras que en Hamburgo y Munich tenían que esperar entre 20 minutos y una hora cada tren.
La situación en el transporte de mercancías es cada vez más tensa, ya que los paros, que comenzaron el miércoles, afectan a una media del 40% de los trenes, llegando a picos del 90% en Berlín y del 70% en Hamburgo. La huelga en el transporte de pasajeros de los ferrocarriles tiene previsto prolongarse 48 horas para finalizar el sábado a la misma hora que la del transporte de mercancías, que comenzó 14 horas antes.
Las declaraciones de los sindicatos alemanes y del Gobierno no parecen indicar que la huelga vaya a ser desconvocada antes del sábado. "Si no hay una oferta de aquí al lunes, el sindicato GDL va a lanzar una huelga ilimitada que podría durar hasta Navidad", advirtió Hans-Joachim Kernchen, responsable del sindicato.
La respuesta le llegó de un alto responsable de Deutsche Bahn, Karl-Friedrich Rausch, que dijo que "si GDL piensa que nos va a forzar a la capitulación incondicional, no tendrá éxito". Por su parte, el ministro de Transportes, Wolfgang Tiefensee, llamó a las partes a "volver a la mesa de negociaciones". Los ánimos no parecen muy cercanos al acuerdo.
El sindicato GDL, que representa a 30.000 trabajadores, reclama un convenio separado del resto del personal de la empresa, así como aumentos salariales de hasta un 31%. La empresa se niega a atender el primer punto, en nombre de la unidad salarial. Las negociaciones entre el sindicato y la dirección de ferrocarriles están paralizadas desde hace más de 10 días, ya que el primero exige una nueva oferta del segundo para volver a la mesa de conversaciones, mientras la empresa asegura que no se dejará chantajear por una minoría del personal ferroviaria.
