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Caos para llegar al casco histórico en coche

Las obras que se llevan a cabo en la calle Duquesa de Talavera, uno de los principales accesos a la ciudad, sumado a un corte de tráfico no señalizado desde hace varias semanas, están provocando la indignación de los residentes y, sobre todo, de los que quieren acceder al centro de Alcalá de Guadaíra.

el 16 sep 2009 / 01:11 h.

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Las obras que se llevan a cabo en la calle Duquesa de Talavera, uno de los principales accesos a la ciudad, sumado a un corte de tráfico no señalizado desde hace varias semanas, están provocando la indignación de los residentes y, sobre todo, de los que quieren acceder al centro de Alcalá de Guadaíra.

El problema es que la entrada a la ciudad, mientras esté cortada Duquesa de Talavera, sólo se puede hacer callejeando desde la calle Silos hacia el centro. La otra entrada, por la calle San José, cambió de sentido, por lo que es prácticamente imposible acceder al casco antiguo.

Para colmo, unas vallas cierran el paso al cruce de Duquesa de Talavera dejando como única escapatoria el retroceso y la salida por Zacatín. No obstante, en determinados momentos del día, algunos ciudadanos ofuscados proceden a retirar estas vallas para cruzar a Duquesa de Talavera, en dirección al centro de la ciudad, con el riesgo que eso implica para el resto de vehículos y especialmente para los peatones que pasean por el lugar.

Los vecinos del entorno aseguran que, ante este caos, pidieron en varias ocasiones al Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra y a la Policía Local la señalización de estos cortes, ya que sólo hay una indicación del camino alternativo, pero se encuentra justo en el corte por lo que los conductores no tiene otra alternativa que retroceder y volver sobre sus pasos. Y aquí es donde se produce un nuevo enredo, ya que los coches procedentes del puente del Dragón se ven obligados a desviarse por el Zacatín, vía que ahora está colapsada.

Los afectados explican que los atascos son constantes, pero que se producen sobre todo a mediodía, cuando la gente llega del trabajo. Hay dos colegios, un geriátrico (con problemas para las ambulancias) y residentes que se desplazan a diario para trabajar fuera. Con todo ello, es fácil ver colas de coches que se pierden por las calles por no saber cómo salir de un barrio convertido en un gran cuello de botella.

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