Triunfo de enorme mérito que insuflará grandes dosis de moral el logrado por el Sevilla ante el rácano Mallorca de Joaquín Caparrós, que aprovechó dos serios despistes de la zaga y el portero local para llevar durante un buen rato el desasosiego al Ramón Sánchez Pizjuán, que finalmente disfrutó el doble por la victoria, como suele pasar cada vez que se completa una remontada que hacía ya tres años que no se producía por estos lares.
Dos golazos de Álvaro Negredo, que ya lleva seis y está siendo pieza clave en este arranque liguero pese a las críticas desmedidas de algunos indocumentados, y otro de Cicinho, con una extraordinaria y afortunada volea desde fuera del área, vinieron a poner justicia a un marcadoe que se volvió loco en el lapso de cuatro minutos, los que van del 25 al 29 de la primera parte, cuando el debutante Giovani dos Santos sirvió dos buenas asistencias de gol que cortocircuitaron todo el sistema defensivo nervionense, que no estalló del todo porque en el intervalo entre ambos Negredo hizo el primero para su equipo.
Antes del 0-1 ya había gozado el Sevilla de hasta cuatro buenas ocasiones, pero la mayoría cayeron a pies de Jesús Navas, un extraordinario futbolista que claramente no está dotado para el gol, pues de lo contrario a buen seguro ya no estaría aquí y habría sido vendido por una oferta fuera de mercado, como le gusta decir a Del Nido, que ya ha adelantado que el próximo verano habrá que traspasar a algún peso pesado del plantel porque la asfixia económica lo recomienda.
Ayer Caparrós volvió a tropezar con el Sevilla de su alma, como le pasa casi siempre. De quince veces que se ha medido a él en la Liga sólo le ganó 3, empató otras 3 y perdió las 9 restantes, un balance que solo empeora ante el Barça (1-6-15) o el Deportivo (2-3-11).
Quizá eso ayude a que sea tan querido por Nervión, donde ayer volvió a ser ovacionado, como lo fue Pep Martí, uno de los cimientos del Sevilla triunfal de las cinco copas. Los pitos fueron para Giovani, que durante la semana recordaba que el Sevilla nunca fue en serio a por él y en su primer partido como mallorquista se entretuvo en dar dos excelentes asistencias de gol que al final solo sirvieron para dar más mérito al triunfo sevillista.