Si en el Tercer Mundo inventaron los microcréditos... ¿por qué Sevilla no lo intenta con las microfranquicias?
Este espíritu minimalista es el que hace única la feria Franquishop , que se ha celebrado en la capital hispalense el 21 de septiembre. Un encuentro, que, a diferencia de las ferias formales de franquicias que se celebran en Madrid o Valencia, carece de stands, tampoco tiene azafatas... y en la que las firmas (44, desde la megagloblal Mac Donalds hasta Viajes Alameda, de sectores que van desde la estética a las academias de idiomas) "van al grano" con los 200 emprendedores interesados en iniciar una aventura empresarial, explica el director de la muestra, Prudencio Martínez. Para ello han programado unas 550 entrevistas.
"El perfil de los emprendedores se mueve entre jóvenes con escasa experiencia y capital y empresarios consolidados que quieren diversificar sus negocios", explica el concejal de Economía, Carlos Vázquez, quien apunta que las inversiones pueden iniciarse desde los 1.500 euros... e incrementarse hasta los 600.000.
Pero si en la sala Alanda del hotel NH Convenciones a los representantes de las firmas franquiciadoras se les reconocía al primer golpe de vista por sus trajes oscuros y corbatas, a los emprendedores también se los distinguía de un plumazo: vaqueros y camisetas o camisas informales porque la gran mayoría son parados con más de 12 meses de desempleo a sus espaldas: si nadie me contrata, me autoempleo.
Es el caso de Mónica Zeiler, que llega del taller de empleo Guadalquivir de La Puebla del Río y se ha enfrentado ya a tres entrevistas infructuosas en El Rincón Andaluz, Agratel y la Asociación de Jóvenes Empresarios (ni ella ni nadie de su grupo de parados cigarreros tiene cuenta corriente abultada) y que lo va a intentar ahora con Nutri 10, una empresa del sector en el que ella trabajó, la estética.
"Mi deseo es montar algo porque llevo un año parada. Queremos saber si nos financian o si tenemos subvenciones, y nos han informado de que hay franquicias que por 1.500 euros nos ayudarían. Si cuando salga de este taller de empleo no hay trabajo, al menos que tengamos una empresa. Ganas tenemos, motivación también. Lo que necesitamos es que nos den el empujón".
Sin embargo, la cita de las 12.00 horas con la representante de Nutri10, Raquel Pou, no sale como ella y sus compañeros esperan: "Tiene conocimientos de estética, pero no sabe muy bien cómo enfocar este negocio. No tiene claro el negocio que quiere montar, ni con quien, todavía no está en esa fase. Le falta tener claras muchas cosas, investigar un poquito más y saber exactamente a dónde quiere ir", explica la representante de esta firma de estética y nutrición que selecciona candidatos a abrir una franquicia.
"Veníamos a por un empujón y nos piden una inversión de 30.000 euros, y eso está fuera de toda posibilidad", retoma el hilo Zeiler. Su compañero, Juan Rodríguez, también en el taller de empleo, es más contundente: "Si no tienes 70.000 euros, ni vengas aquí. Las subvenciones que anuncian te las dan cuando tienes todo hecho. Entonces... ¿para qué las quieres?"
Pero esta feria la cuenta cada cual según le va: Jorge Varo acaba de llegar desde Estepona con la idea de abrir allí una franquicia de un negocio de estética y tiene cuatro ofertas de otras tantas cadenas. Tras la entrevista en el pupitre de Marco Aldany, explica que ha elegido un local y que espera ahora que la compañía, "que como es lógico se juega su imagen" examine sus metros cuadrados y su situación. "Ahora trabajo por cuenta ajena y quiero dar el salto", explica conteniendo la sonrisa. Todavía no tiene nada firmado, pero es él quien puede decir "no" a las marcas franquiciadoras, y no al revés.
La única inmobiliaria del encuentro, Donpiso, está representada por Gregorio Estévez: "las expectativas dse van a cubrir sobradamente: pensaba que de 17 entrevistas sacaría dos franquicias y me temo que van a cuajar cuatro, y eso que el sector inmobiliario viene de donde viene. Pero las cosas se están recuperando moderadamente: los precios ya han tocado suelo y las cajas van a sacar sus parques de pisos a precios asequibles".
En el otro lado de la fortuna, Juan González, que representa a la cadena de restaurantes de kebab ADK, de Barcelona, teme irse con las manos vacías: "De seis citas cuatro no se han presentado, una era una consultoría y el otro candidato no es seguro". Esta cadena busca tanto empresarios capaces de grandes desembolsos como desempleados en busca de autoempleo, pero no sólo salen con las manos vacías estos últimos. Al menos, ADK ha abierto nueve establecimientos este año. Uno de ellos se inaugurará pronto en Cádiz.
