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Capitanía recibe a los leones del Congreso

Los moldes de los leones que custodian las puertas del Congreso de los Diputados ya están en Capitanía, tras ser trasladados desde la Fábrica de Artillería.

el 18 nov 2009 / 21:22 h.

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Los moldes, a su llegada a Capitanía.

Los moldes de los leones que custodian las puertas del Congreso de los Diputados ya están en Capitanía. Las dos piezas que sirvieron para darle cuerpo a los felinos de bronce que custodian la Cámara Baja de la madrileña Carrera de San Jerónimo llegaron el martes a Capitanía tras ser trasladados de la Fábrica de Artillería y ayer fueron emplazados en su ubicación definitiva.

Para fabricar los leones del Congreso, en 1865, se usaron estos moldes empleando como material el bronce de los cañones "tomados al enemigo en la Guerra de África en 1860", según reza el pedestal de las estatuas.

Fuentes de Capitanía informaron ayer de que los moldes de los leones están en buen estado, si bien tienen algunos desperfectos y a partir de ahora van a ser sometidos a un plan de renovación de los desperfectos que sufren, sobre todo, arañazos.

Fueron trasladados con todas las precauciones posibles, en vehículos especializados de transporte patrimonial, perfectamente embalados y custodiados durante el trayecto para evitarles cualquier daño.

Es uno de los primeros traslados que se están realizando en las instalaciones de la Fábrica de Artillería y que previsiblemente concluirán en primavera, cuando las oficinas de Defensa se trasladen a las casas situadas justo enfrente de este centro.

De momento, la avanzadilla la han tomado los dos leones, moldes de los del Congreso. Desde 1865 los moldes ya nunca se movieron de Sevilla. El precio que alcanzaron en la época fue de 99.911,22 pesetas -600 euros-, a las que se añadieron otras 7.500 con que la Cámara gratificó a los obreros de Sevilla.

El autor de los leones, Ponciano Ponzano, modeló las piezas en Madrid y, tras decidir que finalmente no sería en París sino en Sevilla donde se fundirían, recalaron en la fábrica de artillería, surgida de un famoso taller de fundición de cañones dirigido por Juan Morel, hijo del célebre Bartolomé Morel, que había labrado, entre otras obras de relevancia, el Giraldillo.

Cada molde sumó 2.272 piezas, de las que 26 fueron para los ojos y sus cuencas, 34 para las orejas, 91 para la boca y el resto para las demás partes de las figuras.

Sus moldes se quedaron en Sevilla, donde podían verse a la entrada de la Fábrica de Artillería, y desde ahora en el Museo Militar de Capitanía.

 

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