Los vecinos del Distrito Este de Alcalá piden carbón para uno de los Reyes Magos de la cabalgata de su barrio, y es que consideran que beber una cerveza montado en la carroza mientras se tiran caramelos a los niños no es precisamente un buen ejemplo para los pequeños. La imagen del rey Melchor (encarnado en esta edición por Abel Herrero, de 55 años) y su paje, botellín en mano, no resultó muy edificante.
La actuación del rey provocó la indignación de numerosos vecinos, que fotografiaron la escena y ayer criticaron "una actitud con la que no estamos de acuerdo". La instantánea fue tomada en una de las calles de la barriada en la mañana del 6 de enero.
En nombre de Melchor habló ayer el presidente de la Asociación de Reyes Magos del Distrito Este, Mario Moreno, que explicó que ésta es una situación "totalmente inusual", sentido en el que reiteró que "cuando elegimos a las personas que representarán a los Magos de Oriente nos preocupamos mucho de que sepan y cumplan las normas".
El presidente de la cabalgata del barrio aseguró que cada rey sabe que sólo puede beber agua durante todo el recorrido, y añadió que "nosotros nos preocupamos mucho porque no les falte agua en cantidad durante todo el trayecto, porque somos conscientes de que gastan mucha energía arrojando caramelos".
Moreno atribuye la actuación del rey simplemente "a un despiste: creo que no lo pensó, le dieron la cerveza y se la tomó sin tener en cuenta las consecuencias". El responsable de la cabalgata no dudó en defender a Melchor asegurando que, como le habían sobrado juguetes, durante la mañana de ayer estuvo repartiéndolos por todo el barrio entre los niños que encontró jugando en la calle.
El cortejo real. La cabalgata del Distrito Este, más conocida en la ciudad como la cabalgata de San Agustín, es fruto del trabajo de una asociación muy joven, creada hace sólo tres años, para recuperar una antigua tradición desaparecida con el paso de los años y que un grupo de vecinos quiso devolver al barrio.
A pesar de su juventud son muchos los alcalareños que viven en el barrio y se preocupan ya desde verano en organizar numerosas actividades, para conseguir así fondos dirigidos a la organización del desfile del 6 de enero. Asimismo son muchos los que se vuelcan y colaboran para montar las carrozas, por lo que no quieran que un simple botellín arruine su trayectoria.
