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Carcaño roza el máximo de prisión preventiva

El límite de la prisión preventiva son dos años, que cumple el 16 de febrero.

el 22 ene 2011 / 19:58 h.

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Miguel Carcaño ha dificultado la investigación con sus cambios de versión

Miguel Carcaño, el único de los cinco acusados por la muerte de Marta que sigue preso, alcanzará el próximo 16 de febrero el límite que la ley prevé para la prisión preventiva: dos años. No obstante, la ley contempla la posibilidad de ampliarla otros dos años, tras los que si no se ha celebrado el juicio no habría posibilidad de prórroga. Para ampliarle la prisión hay que convocar una vista o, de lo contrario, sería puesto en libertad en un mes. Si saliera de prisión no tendría a nadie esperándolo fuera. Su hermano, su única familia desde que hace unos años falleciera su madre, asegura que no volverá a hablarle porque no le perdona que matara a Marta.

Miguel fue el primero en ingresar en prisión y ha pasado los dos años enteros en la cárcel de Morón, una de las más seguras de España por ser de las más nuevas. Allí protagonizó un intento de suicidio al mes de ser internado, a pesar de que estaba vigilado por otro interno, precisamente para evitar que él mismo se lesionara o que fuera agredido. Una noche fue al servicio y se colgó de una barra del cuarto de baño con el cordón de un chándal que le había cogido a otro interno, porque a él se lo habían quitado como medida preventiva. Su interno-sombra se dio cuenta a tiempo y pudo rescatarlo sin que sufriera lesiones de gravedad.

Luego, Miguel se acostumbró a la prisión. En la actualidad está participando en diversas actividades, se comporta bien y está estudiando. Comparte su celda con un interno y prácticamente le han levantado el protocolo de suicidios. Su relación con los otros presos es buena y suele pasear por el patio.

Los psicólogos y psiquiatras que lo entrevistaron en la cárcel para hacer un perfil psicológico lo definieron como un joven egocéntrico y consentido que buscaba notoriedad, estaba acostumbrado a mentir y que cambiaba su testimonio para llamar la atención. No le importaba el daño que hiciera porque no era capaz de ponerse en el papel de los demás y, por tanto, no compartía el sufrimiento de la familia de Marta.

En la prisión, Miguel no ha recibido más visitas que las de su abogada, aunque últimamente ni siquiera ella va a verlo. Sí recibe bastantes cartas, muchas de niñas adolescentes que le transmiten su apoyo. Pero si queda en libertad, su reintegración en la sociedad sería complicada.

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