Fados, el último larmetraje de Carlos Saura, abrió ayer noche el 33 Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, una obra sobre la que el cineasta destacó que muestra "un espectro amplio de la música portuguesa actual, desde el fado tradicional y ortodoxo al actual, con un ritmo más moderno".
En su regreso a Huelva, donde recibió en su día el premio "Ciudad de Huelva", el máximo galardón del certamen, Saura presentó ayer su última obra, de la que ha dicho que es "el resultado de varios años de trabajo, y de muchos viajes a Portugal y a Madrid y Lisboa escuchando fados". "La consecuencia de todo ese trabajo se ve ahora tras hablar con expertos y escuchar a lo artistas", según el director aragonés, en una cinta que "no tiene argumento, a diferencia de Bodas de sangre o El amor brujo", y más "al estilo de Sevillanas".
Carlos Saura completa con Fados la serie de la canción urbana moderna que inició en 1992 con Sevillanas y que luego continuó con Flamenco (1995) y Tango, no me dejes nunca (1998). Se trata del noveno musical producido por el cineasta, que ha afirmado que su nueva película es "un compendio de experiencias anteriores con otros musicales".
Más piano.
Su productor, Antonio Saura hijo, se mostró orgulloso de "haber contribuido al desarrollo del fado" y ha afirmado que la película "genera un enorme orgullo en toda la gente que la ha visto", y puso como ejemplo su estreno en Toronto y la reacción de "orgullo" del hijo de unos inmigrantes portugueses en Canadá que la acababa de ver. Saura hijo añadió que le "gusta estar en el cine musical sin narración, que prácticamente ha inventado mi padre", recalcó con entusiasmo.
