Carmen Espejo, a quien la Junta de Andalucía deberá indemnizar con 40.000 euros por haberle retirado la custodia de sus dos hijas, según una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, ha declarado a Efe: "no se puede pagar el sufrimiento que yo he pasado".
Tras conocer la sentencia del TSJA, Espejo ha dicho a Efe: "no se puede pagar el sufrimiento que yo he pasado: 6 años sin ver a mis hijas, llorando día y noche. Sin poder dormir".
"La Junta de Andalucía nunca me dijo las razones por las que me las quitaban. Luego me explicaron en el juzgado que yo las maltrataba, que las tenía desasistidas y eso no era verdad", señalado la mujer, que ahora espera "recuperar los años perdidos" y disfrutar de sus hijas.
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha condenado a la Junta de Andalucía a indemnizar a Carmen Espejo, a la que retiró la custodia de sus dos hijas, a una indemnización de 40.000 euros, la misma cantidad para cada una de sus hijas, así como 20.000 euros para la abuela de las niñas.
Esta indemnización es considerada "del todo insuficiente" por fuentes de la representación legal de Carmen espejo, ya que se solicitó en su día una indemnización a la madre de 1,8 millones de euros.
La sentencia asegura que la Junta de Andalucía debió abstenerse de intervenir en la guardia y custodia de las niñas y, además, una vez retirada la custodia, esta situación se prolongó excesivamente por culpa, en rasgos generales, de la propia administración autonómica.
En marzo del año pasado la Audiencia de Sevilla ordenó la devolución definitiva de las dos hermanas a su madre biológica, y prohibió todo tipo de contactos de la mayor de ellas con su anterior familia de acogida, para que deje de introducir "confusión" en la menor y el retorno sea "real y pacífico".
El auto reconocía el "tortuoso y costoso" camino que ha recorrido la madre, Carmen Espejo, desde que la Junta le retiró la custodia de sus dos hijas en 2000, cuando la mayor de las hermanas, que ahora tiene 12 años, fue dada en acogimiento a otra familia, y la menor, con una minusvalía del 41 por ciento, quedó ingresada en un centro de la Junta.
La madre recuperó a ambas hijas por una sentencia firme de la Audiencia de finales de 2005, lo que significó la entrega inmediata de la menor y un plan de acercamiento de la mayor.
