Manuela y Carmen. Con estos nombres tan sevillanos han bautizado los científicos del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) las dos nuevas variedades de arroz que han obtenido. Las ventajas: su alta calidad y su adaptación a las condiciones de cultivo de la región andaluza.
El arroz es uno de los cultivos más importantes para la provincia de Sevilla, sobre todo para los municipios situados en las Marismas del Guadalquivir, como Isla Mayor -que vive prácticamente del cultivo-, La Puebla del Río o Los Palacios y Villafranca. En este contexto, el desarrollo de nuevas variedades es fundamental para asegurar su futuro y para abrir nuevas posibilidades en el mercado.
El grupo de investigación del arroz del Ifapa, que trabaja desde el centro Las Torres en Alcalá del Río (Sevilla), se ha puesto manos a la obra para dar respuestas a estas necesidades. Actualmente, trabaja en un proyecto del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), cuyo fin es la obtención de variedades, principalmente de tipo índica, de alta calidad y rendimiento en grano, adaptadas a las condiciones de cultivo de las áreas arroceras andaluzas.
Los primeros resultados de esta investigación ya han salido a la luz con la obtención de dos nuevas variedades, Carmen y Manuela, esta última en fase de registro a cargo de la Oficina Española de Variedades Vegetales y que son fruto de un cruzamiento entre dos que se cultivan tradicionalmente en las marismas del Guadalquivir (Thaibonet y Puntal).
Estas investigaciones parten de la iniciativa pública, aunque la empresa de semillas Koipesol ha estado indagando híbridos de arroz y la Federación de Arroceros de Sevilla tiene su propio equipo investigador.
Los dos nuevos tipos de arroz son de grano largo y de más consistencia que el tipo bomba, muy apreciado desde el punto de vista gastronómico, indicaron los investigadores. De este modo, aclararon que su uso se centra en la elaboración de platos precocinados y en el canal horeca -hostelería, restauración y catering-, además de desarrollarse cada vez más en el sector de la distribución.
Pero ésta no es la única iniciativa que desarrolla este centro del Ifapa en lo que al cultivo del arroz se refiere. Otro de los proyectos de investigación que ha iniciado este equipo de profesionales es el destinado a la obtención de variedades con mayor tolerancia al hongo Pyricularia Oryzae, que suele acechar a los cultivos tradicionales, en colaboración con investigadores procedentes de Francia y de las zonas arroceras valenciana y catalana.
Por otro lado, para un mejor conocimiento de la respuesta del arrozal a condiciones de estrés salino, Ifapa participa en tres proyectos de investigación, conjuntamente con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad de Sevilla, el Instituto Andaluz de Tecnología y la Federación de Arroceros.
La finalidad de esta actividad investigadora y experimental es obtener y contrastar la mayor tolerancia a la salinidad de diferentes mutantes de arroz así como mejorar el conocimiento sobre diversos aspectos metabólicos, microbiológicos, fisiológicos y agronómicos de diversas variedades de arroz sometidas a riego salino.
Asimismo, el grupo de investigación del arroz ha terminado dos estudios, uno sobre Plagas de almacén en el arrozal andaluz, y un segundo denominado Estudio agro-económico de costes de cultivo en el arrozal de Las Marismas del Guadalquivir.
Además, Ifapa ha publicado diferentes informes sobre la producción integrada en la zonas arroceras sevillana y gaditana y además organiza los actividades formativas en producción integrada (o semiecológica) de arroz, dirigida a los técnicos que han de formar parte de las Agrupaciones de Producción Integrada de cereal, que se imparten desde el propio centro.
