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Carpinteros de agua dulce

Una tripulación que no lleva remos pero sí serruchos, martillos y mucha ilusión. Son los alumnos de la escuela taller Nao Victoria que ponen en el río su gran obra: un bote como los del siglo XVII.

el 16 sep 2009 / 04:25 h.

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¡Suelten cabos! Así gritaban en el embarcadero de Coria mientras la barcaza tocaba por primera vez el agua. Las voces venían de unos grumetes especiales, que hace dos año agarraron la lima y el serrucho y comenzaron a convertir la madera en un bote. Los 30 jóvenes autores de esta obra, que fueron seleccionados por su condición de desempleados y estar en riesgo de exclusión social, se bautizaron como su barco: ahora son los nuevos carpinteros de ribera.

Este oficio se estaba perdiendo en la provincia de Sevilla, pero cuando estaba a punto de naufragar llegó la escuela taller Nao Victoria, que brindó una oportunidad para formar a los jóvenes en el noble arte de la carpintería. Con ese cometido, la escuela se centró en la construcción de una réplica de una de las muchas barcas que en el siglo XVII servían para el transporte de pasajeros y mercancías que pasaban de una orilla a otra del río Guadalquivir.

"Es nuestro bebé? y espero que vengan muchos más", dijo con satisfacción Nahum Pérez Mesa, rodeado de sus compañeros y con la mirada fija en su barcaza, que ya se mecía sobre las aguas del río a su paso por Coria del Río. Porque para más de uno este taller, gestionado por la Fundación Nao Victoria, es un sueño del que no quieren despertar. De hecho, uno de los maestros de esta escuela, José Calviño, que fue reconocido junto con Fernando Sanz por las autoridades presentes, admitió que más de uno de sus alumnos le ha rogado de todas las formas posibles que "se lo lleve a Punta Umbría", donde está trabajando. Pero eso, por el momento, no hará falta, a tenor de las palabras del consejero de Empleo, Antonio Fernández, que presidió ayer la botadura y que reveló que el 60% del alumnado ya cuenta con un compromiso de contratación.

Pero para llegar a la orilla han tenido que remar mucho: desde sustituir las maderas viejas hasta lijar las cubiertas o pintar el casco. Para Inma Sánchez, en todo caso, lo peor fue "interpretar los planos, porque venía prácticamente sin formación". Fruto de su esfuerzo y el de sus compañeros, se pudo proceder ayer a la botadura de la nueva embarcación, que tuvo como madrina de excepción a la ex consejera Carmen Hermosín. Y, junto a ella, también acudió el presidente de la Fundación Nao Victoria, Juan Salas Tornero; y el alcalde de Coria del Río, José Vicente Franco Palencia.

Una vez probó las aguas del Guadalquivir, la barcaza, que llevará el nombre de Coria del Río por las raíces de este municipio con los carpinteros de ribera, recibió el saludo de una embarcación histórica: la Nao Victoria, que iba rumbo a costas gaditanas y que se paró un momento para saludar a la recién bautizada. Tras este acto protocolario, esta obra servirá de bote auxiliar del galeón Andalucía, la réplica a tamaño real de un galeón español del siglo XVII que será la futura embajada flotante de Andalucía en su vuelta al mundo y, en especial, en su estancia en la Exposición Universal de Shangai 2010.

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