El consumidor de hoy resiste la crisis con cabeza, es consciente de sus límites, está más alerta y exige más sus garantías. Es lógico pensar que en una sociedad en la que el paro es la principal preocupación para el 84,7% de los andaluces no haya lugar para el derroche. Esto es lo que apuntan los resultados arrojados por el Barómetro Andaluz de Consumo de 2010, que refleja que adaptamos las compras a nuestro bolsillo.
Lo primero que miramos es el precio. Atrás quedan calidad, marca, procedencia... Lo que determina una compra para el 91,5% de los consumidores es lo que cuesta el producto. Es por ello que se disparan las marcas blancas, ese filón que han encontrado las cadenas de distribución y que permite ofrecer a los clientes de cada vez más supermercados un producto más barato, con similares características que un producto de marca pero sin promoción. Los andaluces son conscientes de esa excelente relación calidad-precio y explotan esta posibilidad.
Por contra, a la cola de los factores que rige nuestra cesta de la compra está la publicidad. Se detecta que, pese a la asociación entre la comercialización y el consumo, los andaluces no creen que sea influyente.
Otra de las conclusiones que se dirimen del informe presentado ayer por la consejera de Salud, María Jesús Montero, es la actitud más vigilante por parte de los ciudadanos que comprueban la fecha de caducidad de los productos -un 87,6% lo hacen siempre o casi siempre- y las condiciones de los servicios -que revisan un 60,4%-.
Sin embargo, el barómetro ha puesto de manifiesto que no se exige por casi la mitad de los andaluces el cargo del IVA en las facturas. Montero llamó ayer la atención sobre ello y trasladó que hay una tendencia a pensar que si se pide el recibo de una compra se cree que se va a hacer un recargo adicional. "Sin IVA no hay factura y sin factura no hay derechos. El consumidor está desprotegido frente a posibles reclamaciones", alertó.
Por otro lado, la necesidad se impone como el principal factor que nos mueve a comprar, en contra del disfrute, elemento destacado en época de bonanza. La diferencia entre comprar por gusto o comprar por imperiosa necesidad se hace más evidente y sube en 20 puntos con respecto al año 2007. Sin embargo, para la consejera, en ello también interviene un factor psicológico que hace que "se traslade un ajuste doméstico porque da más apuro indicar en una encuesta que se compran cosas por el disfrute".
Además, tres de cada cuatro andaluces siguen comprando en tiendas de barrio y tienen como segunda opción las grandes superficies. Suben las compras por internet, sobre todo de viajes y electrónica, y el consumo de productos ecológicos, algo que se achaca a la mayor competitividad.
Pero los ciudadanos, ahora más atentos, no se encuentran satisfechos con la información que se les proporciona acerca de ciertos servicios. Así, se sienten desprotegidos sobre todo frente al sector de las telecomunicaciones, teniendo éste una percepeción negativa generalizada por problemas a causa de cobros injustificados. La consejería afirma que al tratarse de multinacionales lo más propicio es hacer un listado de las cuestiones sobre las que los usuarios de estos servicios deben empaparse antes de contratarlos.
