Carta de despido tras dejarse la salud

Por la dureza del trabajo, la humedad y el calor, la factoría era conocida como “la Legión Chica”

el 04 ago 2013 / 08:00 h.

Trabajadores de Roca despedidos Trabajadores de Roca despedidos Dejar la salud por tu trabajo no está reconocido por parte del empresariado español y eso es lo que ha ocurrido en Roca, donde una buena parte de su plantilla ha recibido la carta de despido con los huesos machacados por los grandes esfuerzos que han realizado en la fábrica para conseguir que esta multinacional sea una de las más importantes del sector. Este sacrificio no ha servido de nada a la plantilla de la factoría de Alcalá de Guadaíra, cuyos operarios, uno a uno, la pasada semana recibieron las pertinentes cartas de despido. Pero lo más triste para estos trabajadores es que la empresa sí tiene carga de trabajo, “pero prefiere llevarla a fábricas de Portugal y Marruecos, porque los costes salariales son más bajos y todo ello gracias a la nueva reforma laboral del Gobierno”, critican con tristeza. Y no es para menos su malestar, porque algunos operarios de Alcalá de Guadaíra recibieron la misiva de despido el mismo día en el que irían a cumplir en la factoría 27 años de trabajo. Este es el caso de Antonio Francisco Díaz, quien recuerda que su primer día en Roca fue el 1 de agosto de 1986. “Entré a trabajar con 19 años porque me llamaron del Inem, pero ahora no volveré a tener la misma suerte, por mi edad y porque no hay trabajo para nadie”. Antonio Francisco comenta que en esa época recibió dos ofertas de trabajo, “pero opté por Roca porque mi tío Manuel trabajaba aquí, a pesar de que sabía que las condiciones de trabajo eran muy duras, ya que requiere mucho esfuerzo físico”. A este trabajador también le animó entrar en la nómina de Roca la solvencia de la empresa, cuando en esa época “sólo tenía tres centros de trabajo, el de Barcelona, Madrid y el de Alcalá, no como ahora que está por medio mundo”. Juan Miguel González, al igual que Antonio Francisco, recibió el regalo de la carta de despido el 1 de agosto, justo cuando iba a cumplir los 27 años en la empresa. En este caso la historia se repite y también entró gracias al Inem, “una época en la que sí llamaban, no como ahora”. Juan Miguel comenzó a trabajar en Roca con 17 años “y como era menor de edad fue mi padre quien tuvo que firmar el contrato”, explica. Por su edad fue su primer trabajo, donde también trabajaba su suegro, uno de los primeros que entró en la factoría de Roca, “que se instaló en Alcalá hace 44 años”. Este especialista cuando comenzó a trabajar en la multinacional no se le pasó por la cabeza que con 45 años le pusiesen de patitas en la calle, “porque la empresa tenía buenas expectativas, siempre ha pagado puntualmente y, de hecho, es líder en el mundo en el sector de sanitarios, por eso no podemos creer lo que nos ha pasado”. Al igual que su compañero remarca que las condiciones de trabajo en Roca han sido muy duras, “la mayoría de las personas que ya están jubiladas tienen problemas de espalda, porque hay que hacer mucho esfuerzo físico, a lo que se une que se utilizaba el sistema de cronometrado, que genera mucho estrés”. Un poco más tarde entró en la multinacional Marco Antonio Delgado, con contrato desde 1989, aunque antes había estado trabajando en la factoría a través de una empresa externa de limpieza. En Roca también trabajó su padre, Cristóbal Delgado, al que le dieron cuatro infartos por el trabajo que realizaba y tras acudir a los tribunales consiguió que estos problemas de corazón fuesen catalogados como accidente laboral. Marco Antonio lamenta que después de lo sufrido por su padre y por él, con graves problemas en los huesos por los esfuerzos realizados en la fábrica, “ahora mi futuro sea vender pañuelos de papel en el semáforo que quede libre”. Otro de los veteranos de Roca que se han quedado en la calle es Juan Miguel Cuevas, hasta ahora presidente del comité de empresa. Él entró con 21 años, el 11 de marzo de 1988, después de haber trabajado en Francia y de albañil y, al igual que sus compañeros, tenía a familiares en Roca. Cuenta que estos últimos meses han sido muy duros y censura que Roca haya incumplido los acuerdos que tenía firmados con la plantilla. A eso se une que cuando Roca presentó este último ERE “las administraciones dijeron que nos apoyaban, pero luego todas han mirado para otro lado, el único que realmente ha luchado y está con nosotros es el alcalde de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones”. En este grupo de exoperarios veteranos de Roca también se encuentra Miguel Ángel Zambrana. Comenzó a trabajar en la empresa con 21 años, y el 1 de julio cumplió los 26 años de antigüedad. Miguel Ángel dice con sorna que en esta fábrica ha perdido hasta el pelo. Este trabajador afirma que las condiciones de trabajo en Roca han sido muy duras, realizando mucho esfuerzo físico, soportando mucho calor, temperaturas que rozaban los 30 grados, y con niveles de humedad muy altos, hasta del 70%, “por eso era conocida como la Legión Chica”. Estos trabajadores reconocen que su futuro es muy incierto porque tienen edades en las que recolocarse es difícil. “Tenemos un compañero joven al que le ha salido un contrato por una ETT, pero con un sueldo inferior al que percibíamos en Roca, que era entre 1.200 y 1.300 euros, y además sin pagas y a turnos, festivos y fines de semana incluidos”, relatan.

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