Escribo estas líneas desde la terraza del café del castillo situado en la Villa de Sterling, a pocos kilómetros de Edimburgo. Me encuentro en Escocia, a 70 kilómetros de Glasgow, donde el Sevilla conquistó su segunda UEFA, y al que aquí se le conoce, se le recuerda y se le admira. ¡Qué satisfacción para un sevillano que, en Las Islas, cuna de los inventores y actuales mejor practicantes del deporte rey, los propios escoceses conozcan y te hablen del Sevilla y de tu ciudad! Y con conocimiento sin duda.
Pues en este precioso castillo, fortaleza militar y residencia real, descubrieron entre las vigas del techo, al restaurar el dormitorio de la Reina María Estuardo, la que se ha probado científicamente es la pelota de fútbol más antigua del mundo, habiendo sido datada a principios del siglo XVI.
La pelota fue indudablemente utilizada, y parece que la propia Reina era aficionada a utilizarla. Y resulta que dicha pelota fue exhibida en la final de la UEFA de 2007 en Glasgow, esa que supuso la 2ª UEFA del Sevilla. ¡Cuánta coincidencia! ¿Casualidad o augurio? Sea como sea, la historia merece la pena.
Siempre he defendido que el fútbol es, sobre todo, cultura, más en lo que respecta a las relaciones entre personas y pueblos que al propio deporte. Aquí hoy (ayer para ustedes) se aúnan el Castillo de Sterling, el fútbol y el Sevilla. ¡Qué maravillosa conjunción para un sevillista!