La iraní Sakineh Mohammadi Ashtiani, condenada a morir lapidada por cometer un presunto adulterio, espera con incertidumbre que se cumpla su pena, o bien, que se produzca su absolución. Pero no está sola, cuenta con el apoyo de todos los organismos internacionales defensores de los derechos humanos.
Sakineh Ashtiani, de 43 años, fue sentenciada en 2006. Desde entonces, vive encarcelada en una prisión del norte de Irán. Su delito fue tener relaciones con dos hombres tras la muerte de su marido. Pero más tarde, las autoridades iraníes la culparon también de colaborar en el asesinato de su cónyuge.
Durante las últimas semanas, la incansable presión internacional ha obligado a Irán a suspender temporalmente la pena de muerte de Ashtiani y revisar su proceso. Y es que el caso de esta mujer ha cruzado las fronteras de Irán y su imagen y su historia se han convertido en el baluarte de los derechos humanos. Asimismo, a la ola de protestas se han sumado los remitentes de estas nueve cartas. Personalidades de la sociedad sevillana que se han unido con un fin común: mostrar su apoyo a Sakineh y condenar la pena de muerte, sea cual sea su procedimiento. Lea las cartas completas en la edición en papel de El Correo.