La ex consejera de Obras Públicas Concepción Gutiérrez, ahora secretaria de Estado de Transportes, ya tiene sobre su mesa una petición de Cartuja 93 y del Ayuntamiento para que el Cercanías, además de llegar al apeadero de la Expo'92, se prolongue hasta Blas Infante, donde conectaría con la línea 1 del Metro.
El Ministerio de Fomento está ya redactando el proyecto para recuperar el apeadero de la Cartuja con el objetivo de que esté listo, tras muchos anuncios, en el primer semestre de 2011. Esta línea (C2), que une la estación de Santa Justa con el apeadero de la avenida de Carlos III, contará con una estación en San Jerónimo y otras dos remodeladas, la del Estadio Olímpico y la del propio apeadero de la Cartuja. Con la prolongación que reclaman Cartuja 93 y el Ayuntamiento, el tren seguiría desde aquí hasta Torretriana, dando servicio a la futura torre Pelli (el rascacielos de Cajasol), y hasta Blas Infante, donde conectaría con la estación del Metro.
Según el presidente de Cartuja 93, Isaías Pérez Saldaña, de esta forma se arreglarían parte de los problemas de movilidad, el "hándicap", del parque científico y tecnológico. De hecho, la isla estaría conectada con San Jerónimo, con Santa Justa, con la línea 1 del Metro en Blas Infante y, por tanto, con el Aljarafe, el Centro o Nervión. Todo por tren y suburbano.
Además, dado que la construcción del tramo de la línea 2 del Metro que llega a Puerto Triana, en principio, no está entre las prioridades de la Junta, la ampliación del anillo del Cercanías sería una alternativa idónea para la Cartuja, con los accesos saturados por el tráfico privado.
La secretaria de Estado de Transportes, Concepción Gutiérrez, artífice de la construcción de la línea 1 del Metro de Sevilla, se reunió ayer con el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, y se mostró dispuesta a estrechar los servicios del Consorcio de Transporte Metropolitano, esto es, el Metro, con la red de trenes de Cercanías. Eso sí, no hay fechas previstas, sólo un compromiso para estudiar la propuesta, sobre todo porque primero se tiene que terminar el proyecto para rehabilitar el antiguo apeadero de la Expo'92.
La idea que el alcalde llevó ayer a Madrid pasa por que dicha línea del Cercanías se incorpore de manera definitiva al nuevo diseño de los transportes en Sevilla permitiendo la conexión intermodal en Puerto Triana (con la futura línea 2 del Metro, la red de autobuses y el carril bici), así como con Blas Infante, donde también conectaría con la línea 1, con la red de Tussam y el carril bici. Además, con la ampliación de la línea C2 hasta Blas Infante se conectaría el Aljarafe con la estación de Santa Justa sin necesidad de tener que cruzar toda la ciudad, con lo que supondría de reducción del tráfico rodado por el Centro urbano.
Según el Ayuntamiento, esta extensión de la línea permitiría también preparar el futuro uso para el Cercanías de la nueva vía del AVE a Málaga que unirá el aeropuerto de San Pablo con la estación de Santa Justa.
"Lo más importante es cerrar el anillo del Cercanías y que el tren llegue de la Cartuja a Blas Infante para, después, reutilizar la antigua línea al Puerto y llegar hasta Bami", explicó Pérez Saldaña, quien defendió que la Isla de la Cartuja debe ser el "barrio de la nueva centralidad metropolitana". Para ello, abogó por la construcción de colegios e institutos bilingües, equipamientos y servicios, así como por impulsar que los trabajadores del parque tecnológico hagan uso de las instalaciones deportivas y culturales del entorno.
Incluso para mejorar la movilidad planteó la construcción de una pasarela elevada sobre la avenida de Carlos III que una el apeadero de Renfe con el parque, lo que también daría servicio a los usuarios del futuro botellódromo, en la banda oeste de la isla. Eso sí, la construcción de esta pasarela correría a cargo del Ayuntamiento.
Precisamente, el Consistorio hispalense es el que tiene que darle el visto bueno a los nuevos planes de movilidad de Cartuja 93.
Isaías Pérez Saldaña defendió ayer que el área de Movilidad está estudiando su propuesta para modificar la circulación en el interior del recinto empresarial. La intención es que las avenidas Américo Vespucio y Camino de los Descubrimientos tengan sentido único, inverso, para que formen una circunvalación.
Con esto se reducirían los carriles para los vehículos privados y se crearían 1.500 plazas de aparcamientos extras entre ambas vías, según el presidente de Cartuja 93.
Además, la zona azul se implantaría en la calle Leonardo Da Vinci, paralela a Américo Vespucio y eje vertebrador del núcleo del parque científico y tecnológico. El objetivo es aumentar la rotación de las plazas para que los clientes de las empresas y los turistas puedan encontrar aparcamiento, misión imposible ahora.
A estas medidas, que Pérez Saldaña pretende poner en marcha en septiembre, se sumará la oferta de coches eléctricos en la isla, aparcamientos disuasorios junto al Estado Olímpico y la ampliación del carril bici que ya se está construyendo.
Al tiempo, en agosto, empezará la reurbanización de la tecnópolis con la restauración de las pérgolas, bancos, fuentes, vegetación y pavimento. Un proyecto incluido en el Plan Proteja de la Junta para mitigar los efectos de la crisis, sobre todo, en el sector de la construcción. Las obras durarán un año y se sumarán a la adecuación de los alrededores del pabellón del Futuro, tarea que asumirá Cartuja 93 pese a que es propiedad de la Junta.
Por otro lado, el alcalde de Sevilla también presentó ayer a la secretaria de Estado de Transportes un informe sobre la situación económica de Tussam, así como una comparativa del modelo de gestión y explotación de las empresas de transporte en Sevilla y en otras grandes ciudades como Madrid y Barcelona.
Sánchez Monteseirín explicó que el Estado y las administraciones autonómicas participan no sólo en la financiación sino también en la gestión de los transportes metropolitanos en las grandes ciudades, un modelo que no existe actualmente en Sevilla, donde las arcas municipales soportan todo el peso de la empresa pública de transportes. De hecho, Tussam tiene deudas por 58 millones de euros, de ahí que el Ayuntamiento esté pidiendo fondos tanto al Gobierno central como al andaluz.
