-Isotrol no es una compañía veterana en Cartuja, pero su consejero delegado, usted, preside ya el Círculo de Empresarios...
-Yo soy un convencido de que Cartuja tiene muchas potencialidades no explotadas y que puede ser de nuevo un centro de atención mundial como ya lo fuera en 1992. Éste, sin duda alguna, es un espacio privilegiado. El esfuerzo de la inversión pública se paró tras la Expo 92. En 1993 aquí no había nada, y ahora somos entre 15.000 y 20.000 trabajadores. Y sin planificarse apenas desde lo público, sin la complicidad de los recursos públicos, sino desde la iniciativa privada, se ha levantado toda una realidad empresarial, tecnológica, de alto valor añadido y con proyección internacional.
-Para hablar de unas potencialidades no explotadas, también hay que hacerlo de unas deficiencias...
-Existe una deficiencia que depende de quienes estamos aquí: es conocernos poco a nosotros mismos. Una gran comunidad de vecinos pero que ni se conocen lo suficiente ni uno sabe lo que hace el otro. Se necesita una labor interna para que surjan alianzas. De cara a las administraciones públicas, falta más interlocución. Ésta tradicionalmente fue mala con el Ayuntamiento, pero ha mejorado. No entramos en política, pero con Zoido hay una interlocución inexistente antes, eso hay que decirlo, pero también que debe ser mayor porque aquí hay una serie de necesidades inmediatas.
-¿Como cuáles?
-Estamos trabajando con ellos en energía y movilidad, pero también hay deficiencias en comunicación a la ciudadanía y en imagen. Como ejemplo están los aparcamientos de la avenida Carlos III, pues parece que nos encontramos, en vez de a las puertas de una de las zonas de más riqueza de la ciudad, ante una de las más degradadas. Son pequeñas cosas, existen otras más gordas: comunicar el anillo ferroviario hasta Blas Infante, el Metro... Son grandes inversiones, que comportan a varias administraciones, pero otras son pequeñas, sin grandes desembolsos, como arreglar la salida de la calle Marie Curie con una rotonda y poniendo semáforos, una rotonda de salida de la Pasarela hacia la complicada calle Torneo... Pero no estamos en la pelea de las grandes cosas, ya se harán, y sí en la de las pequeñitas. Somos conscientes de que, actualmente, el dinero es escaso. Sumando pequeñitas cosas, optimizas las capacidades del parque, de los pocos sitios donde aún se genera empleo.
-¿Por qué no se hacen?
-Por esa falta de interlocución. Y si ésta ha mejorado con el Ayuntamiento, no lo hemos conseguido con la Junta de Andalucía. El consejero de Economía, Antonio Ávila, ni siquiera nos ha recibido aún, y eso que tiene aquí, en Cartuja, su despacho.
-La ampliación del parque es como los ojos del Guadiana. ¿Es necesaria?
-¿Pero en qué horizonte? ¿En los próximos 30 años? Pues claro, sin duda alguna. ¿En los próximos tres años? Seguramente no, por la sencilla razón de que la economía está parada. En 2009, sí veíamos necesidades inmediatas. El parque se estaba colapsando, y pensábamos en 2013. En 2012 percibimos, en cambio, que ya no son tan inmediatas. Ojalá fueran necesarias para 2015 o 2018, pero ahora, no. Si el parque se había quedado pequeño, ahora no lo es. Como ejemplo, el problema del tráfico. Si en 2009 y 2010 era tremendo, ahora es importante, pero no crítico.
-Y el apeadero ferroviario de Cartuja una estación fantasma.
-No lo digo yo, lo dice usted... Parece que la solución no es la idónea sin conexión con Blas Infante y más frecuencia. Pero los problemas de movilidad, insisto, no se limitan a grandes inversiones. Por ejemplo, hay problemas para venir en bici por las deficiencias en los aparcamientos de Sevici. Su solución es sencilla. ¿Se hace? No.
-Si problemas hay ahora, el día en que la torre Pelli abra...
-Será tremendo, condicionará mucho. Desgraciadamente, ahora en este parque sobra espacio, no como hace tres años, cuando hacía falta. Ahora no hacen falta oficinas. Cuando la torre entre en funcionamiento, sí agravará nuestros problemas actuales, y hasta ahora nadie nos ha respondido con claridad cómo se van a solucionar los problemas de entradas y salidas, cruces del río, etcétera. No es un edificio más. Alterará la isla.
-Con esta crisis, ¿se han ido muchas empresas de Cartuja?
-Se está yendo alguna gente. Las empresas están optimizando costes, y es por necesidad. Que se van es una realidad. El tráfico es un termómetro diario...
-¿La zona azul y el cambio de sentido de las avenidas en Cartuja son necesarios?
-Sí.
-¿La zona azul para la cantidad de trabajadores que hay en Cartuja?
-¿La Cartuja entera con zona azul? Eso es ridículo. La zona azul tiene sentido para quienes vienen a hacer gestiones. Determinadas zonas delimitadas y bien ubicadas por zona azul vendrán bien.
-¿Hacen falta muchas plazas de aparcamiento?
-¡Pero si aparcamientos hay y, en cambio, hay mucho coche mal aparcado dentro! Y los de Carlos III, además de adecentarlos, tendrían que tener una mejor conexión con el parque.
-¿Valla sí, valla no?
-La valla está bien y no aísla. Cartuja no es una urbanización cerrada, aquí entran todos los ciudadanos que quieran. ¿Por qué se vallan los parques de María Luisa y el Alamillo? Aquí no hay árboles, sino empresas que necesitan condiciones especiales de seguridad para no encontrarnos mañana, por ejemplo, el botellón.
-¿Pisos sí o pisos no?
-Cerca del parque pueden venir bien. Dentro no tiene sentido.
