Las dificultades detectadas en el avión militar A400M, que han provocado un reajuste en el calendario de entregas, han generado un clima de incertidumbre que las cuentas de EADS no vienen a calmar. El consorcio europeo anunció ayer unas pérdidas netas de 705 millones entre enero y septiembre.
Aún no se han calibrado las consecuencias que tendrá sobre la carga de trabajo ni sobre el empleo el retraso efectivo de seis meses que el programa del A400M, un avión llamado a modernizar la flota de las Fuerzas Aéreas, acumula sobre el calendario previsto.
Pero lo que no dudan los sindicatos es que, si esta situación se prolonga en el tiempo, las habrá. La dirección de EADS-CASA (filial española del consorcio europeo) ha mantenido estos días reuniones con el comité interempresas y el mensaje lanzado no ha sido precisamente tranquilizador. José Alcaraz, presidente del comité, declaró a Efe que la empresa les ha trasladado la situación de "incertidumbre" generada a consecuencia de los retrasos en el avión militar cuyo primer prototipo se monta ya en Sevilla, y que se suma a los efectos del plan de ahorro de costes Power8, diseñado para compensar las pérdidas por las demoras en el programa del A380 de Airbus.
Manuel Falcón, presidente del comité de EADS-CASA en San Pablo, prefirió no valorar las posibles repercusiones directas hasta que no se concreten con la dirección, pero sí ha afectado, por el momento, a la congelación del empleo. Y es que había previstas contrataciones para reforzar la actividad de talleres, que han quedado en suspenso.
Aun así, Falcón destacó que, durante un tiempo, la producción continuará con los encargos del modelo C295 recibidos en lo que va de año. En julio, EADS-CASA recibió un pedido de las Fuerzas Aéreas españolas para adquirir dos unidades, mientras que en octubre se lograron contratos con Colombia (cuatro aparatos) y la armada chilena (tres aviones más). El Gobierno polaco se ha sumado, encargando otras dos aeronaves.
A la espera, por tanto, de evaluar el impacto laboral y productivo, EADS ya anunció el pasado lunes que la demora tendría un impacto económico de entre 1.200 y 1,400 millones, como mínimo. La información financiera la completaba ayer dando a conocer sus resultados trimestrales, que no hacen si no apuntalar la crisis por la que atraviesa.
En los primeros nueve meses del año, EADS registró unas pérdidas netas de 705 millones de euros frente al beneficio de 867 millones del mismo periodo de 2006, antes de conocer que el A400M seguiría los mismos pasos que el avión estrella de Airbus, el A380, en cuanto a que no llegará a tiempo ni al primer vuelo (previsto para verano de 2008) ni a la primera entrega (anunciada para octubre de 2009).
El beneficio bruto obtenido por la actividad principal de la empresa (Ebit) cayó hasta los 343 millones en negativo, lastrado por la "gran carga" de los gastos del programa del A400M a escala de todo el grupo de 1.370 millones (de los que 1.100 procedieron de Airbus). El Power8 y los costes del lanzamiento del nuevo A350 también afectaron irremisiblemente a las cuentas. A todo esto hay que sumar el daño que está provocando la evolución del dólar, que "confirma la necesidad de implantar y reforzar el Power8 con medidas adicionales", sin aportar más detalles.
El plan recoge el recorte de 10.000 empleos en toda Europa, con una afección mínima en España, así como la venta de algunas de las factorías de Airbus a empresas externas, ninguna de las tres españolas (Puerto Real, Getafe e Illescas).
