Una mujer joven, casada, sin hijos y que dedica más de 40 horas semanales a su gran sueño: llevar adelante su propia empresa. Ése es el perfil de la gran mayoría de mujeres que tienen un negocio en el área metropolitana, el destino preferido para iniciar la aventura empresarial. No en vano, allí están localizadas el 64% de sus entidades.
La mujer empresaria se hace un hueco en la Gran Sevilla, reconvertido en el vivero de empresas por la igualdad. No obstante, el 59% de las empresarias que hay en el área metropolitana instalaron su negocios entre 2002 y 2007, tal y como resalta el estudio sobre el tejido empresarial femenino de la provincia elaborado por la Asociación de Empresarias de Sevilla (AES) y la Diputación de Sevilla. Ninguna comarca se acerca a estos índices de creación de negocio femenino.
El perfil de las mujeres es claro, al menos, en el área metropolitana. La mayoría se decantan por iniciar su andadura empresarial como autónoma de un comercio, donde ella sola -sin socias ni compañeros de viaje- tiene a su cargo entre uno y tres trabajadores, aunque se percibe un leve aumento de los negocios con cuatro a nueve empleados. Pese a que aumentan las empresas, éstas siguen teniendo un volumen de negocio reducido, por lo que casi la mitad (45%) registran menos de 60.000 euros de facturación.
Para poder arrancar su negocio, la mitad de las emprendedoras de la Gran Sevilla lo hizo con aportación propia, mientras que otro 33% recurrió a créditos bancarios y sólo un 5% pudo empezar con subvenciones. Quizás por este motivo, las mujeres encuestadas en este estudio inciden en que lo necesario para mejorar la situación actual del tejido empresarial femenino es que reciban más ayudas económicas, algo que, al parecer, es más acuciante en estos tiempos que otras demandas como el uso de las nuevas tecnologías o la formación.
La presidenta de la Asociación de Empresarias de Sevilla, Susana López, alertó de que podría desencadenarse el cierre de negocios durante este año debido a que la crisis no se ceba sólo con la construcción, sino que afecta directamente al consumo en comercios, principal bastión de negocio para las empresarias sevillanas. A eso se suma la falta de liquidez que tenían de antemano muchas de estas empresarias que, además, reciben la negativa de las entidades bancarias y, en última instancia, del Instituto de Crédito Oficial (ICO) a la hora de solicitar una subvención. "Sólo han aceptado una de las muchas peticiones que han formulado nuestras socias", manifiesta López.
Pero, además del negocio, el estudio aborda la dedicación de las empresarias metropolitanas, que son las que más horas echan en sus negocios. En otras palabras, el 56% pasa más de 40 horas en la oficina, mientras que en el resto de comarcas el horario es más reducido (de 36 a 40 horas). Eso tiene una consecuencia clara: el tiempo dedicado a la familia se reduce a menos de 15 horas semanales. Lo mismo ocurre con el ocio: sólo el 17% disfruta unas 20 horas.
Pero ni el estar tan poco tiempo con la familia le quita toda la carga de ser ama de casa. La mayoría de ellas (42%) realiza tareas domésticas sin ayuda de la pareja frente al 30% que sí cuenta con ello. Ante esa tesitura, el estudio revela que parte de las empresarias recurren a servicios de guardería para que pueda ser atendido su niño.
Con todo ello, las empresarias tienen claro cuáles son sus principales escollos. El primer lugar en la lista de problema lo ocupa la intensa jornada laboral, con el 29% de los casos, aunque le siguen muy de cerca otros factores como las cargas familiares, los altos costes de la actividad o los problemas de financiación.
En este punto, en el de la gestión económica, el informe advierte de que tanto la crisis en el mundo empresarial como la implantación en algunos pueblos de empresas pertenecientes a grandes firmas se está convirtiendo en una gran amenaza para la prosperidad del tejido empresarial femenino no sólo del área metropolitana, sino de la provincia.
Eso sí, el informe también aporta dos datos que dan pie al optimismo: la mayoría de las empresas dirigidas por mujeres ha sido capaz de mantener sus volúmenes de facturación e inversión con respecto al ejercicio pasado pese a estar en los inicios de la crisis económica; y cada vez hay más empresarias concienciadas de los servicios de gestión y asesoramiento que ofrecen las instituciones públicas.